Crítica
Público recomendado: familiar
¿Qué sería de estas fechas sin las ya clásicas películas navideñas? Hollywood, siempre fiel a sus citas, nos ofrece apuestas para que los padres lleven a los hijos al cine a ver algo entretenido, sin muchas más pretensiones que pasar un buen rato. En esta ocasión, con Red One, la propuesta es interesante y cumple su función.
Cuando Santa Claus – Código: RED ONE está secuestrado, el jefe de seguridad del Polo norte (Dwayne Johnson) debe hacer equipo con el cazarrecompensas más infame del mundo (Chris Evans) para una misión trotamundos llena de acción y poder salvar la Navidad.
Jake Kasdan (Jumanji: Bienvenidos a la Jungla y Jumanji: Siguiente nivel), con libreto de Hiram Garcia y Chris Morgan, vuelve a dirigir al forzudo Dwayne Johnson acompañado de actores muy famosos como Chris Evans (el Capitán América, ‘Capi’, de Marvel), Lucy Liu, el también muy forzudo J.K. Simmons (curiosamente otro actor Marvel, J. Jonah Jameson) y Bonnie Hunt en una cinta que intenta dar un toque distinto a lo visto hasta ahora: Santa ha sido secuestrado, así que para “salvar” la Navidad hay que rescatarle.
Quizás el punto más flojo y criticable sea identificar la Navidad con los regalos: ¿sin ellos no hay Navidad? Error, ya que la Navidad no depende de los regalos: es, recordemos, la conmemoración del nacimiento de Jesucristo (mensaje que, por desgracia, se omite en esta película), independientemente de lo mucho o poco que se adorne con asuntos materiales. Dejando eso de lado, tenemos un filme cargadito hasta arriba de imágenes generadas por ordenador (CGI como se las conoce por sus siglas en inglés), muchas situaciones humorísticas, un poco de drama (el justito, que busca ser un largometraje familiar) y algunas secuencias muy vistosas como la persecución inicial o el desenlace.
En medio hay que reconocer que hay mensajes acertados sobre la bondad, la capacidad de elección que siempre nos permite ser buenas personas, la reconciliación, la redención y la paternidad responsable entiéndase ésta como el deber de ejercer adecuadamente de padre. De paso, las consabidas pero muy agradecidas críticas tanto a las personas que no tienen reparos en sacar lo peor de ellas mismas con tal de hacerse con el objeto que buscan, como a esos ‘influencers’ que, por algún extraño motivo, se creen superiores o mejores que el resto y con derecho a mirar a los demás por encima del hombro.
Red One, a pesar de su abultado presupuesto y sus sofisticados efectos especiales, no deja de ser una película muy ligera con actores que tienen toda la pinta de habérselo pasado en grande rodando, sobre todo Johnson y Evans, quienes no desprenden mucha química juntos, pero su enorme carisma permite que nunca nos aburramos y hasta nos riamos varias veces, incluso que hagamos examen de conciencia y pensemos cómo podemos ser, cada día, un poco mejores. Y eso no es poca cosa.
Miguel Soria