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Red State

Red State

Público recomendado: Adultos

 Allá por la década de los noventa, cuando Kevin Smith gozaba de las mieles del respeto crítico como el último director irreverente verdaderamente independiente, su amigo Ben Affleck le pidió un favor. Había escrito junto a su también amigo Matt Damon, un guión, una pequeña historia titulada El indomable Will Hunting que no conseguían sacar adelante porque no encontraban a un director interesado. Affleck le pidió a Smith que la dirigiera. Si Kevin Smith se hubiera mostrado interesado aquel proyecto habría salido adelante sin problemas pero Smith le dijo, nunca dirigiré una película cuyo guión no haya escrito. Años después, cuando el prestigio del director de Clerks andaba ciertamente maltrecho e intentaba recuperar las simpatías perdidas por parte de público y crítica con películas como Jersey Girl o Clerks II, Kevin Smith terminó dirigiendo una película cuyo guión no había escrito, Vaya par de polis, una desigual comedia que ni la presencia de Bruce Willis evitó que fuera directamente en las estanterías de los videoclubs. Así las cosas, Kevin Smith se sentó a pensar, recapituló, formateó su cabeza y decidió empezar por el principio haciendo lo que mejor sabe hacer; escandalizar.

Si uno se toma demasiado en serio una película como Red State es posible que abandone la sala rasgándose las vestiduras, invocando a todos los demonios y maldiciendo el nombre de Kevin Smith. Si generalmente los villanos en el cine son rusos, alemanes o personajes de moral distraída, en Red State los villanos son los conservadores, aunque eso sí, el ala más rematadamente extrema. Sobre la mesa, la última película de Kevin Smith tomó como referencia la figura de Fred Phelps, un extremista religioso líder de la denominada Iglesia Bautista Westboro. Así, tres adolescentes sobrehormonados deciden contestar a un anuncio de una mujer madura que dice buscar sexo, cuando en realidad se trata de una trampa de una secta religiosa que pretende acabar con el pecado en el mundo a base de cuchillo y sangre.

Cuando Smith hizo la película nadie creía en ella y sólo consiguió distribuirla en Estados Unidos porque el propio director puso el dinero de su bolsillo. Su buen recibimiento en el festival de Sundance hizo el resto y afortunadamente Smith pudo contemplar satisfecho como su película se verá en todo el mundo.

Red State se parece demasiado a Hostel, por lo menos sobre el papel, si bien es verdad que la película de Smith no llega a cuadrar con el suficiente empaque resultando una película desequilibrada, aunque vale la pena admitirlo, interesante. Interesante porque vemos a un director habitual de comedia zambulléndose de lleno en cine de terror con toda dignidad. Interesante porque mantiene el interés hasta el final. E interesante porque sean quienes sean los malos, Red State al final, lo único que propone es un divertimento no apto para todos los estómagos y solo digerible para cinéfilos enamorados de las historias truculentas.

 

Ramón Monedero

Ficha técnica:

(Estados Unidos, 2011)

Dirección: Kevin Smith

Interpretación: Michael Angarano (Travis), John Goodman (Joseph Keenan), Nicholas Braun (Billy-Ray), Ronnie Connell (Randy), Kaylee DeFer (Dana),Stephen Root (Sherrif Wyman).

Duración: 88 min.

Género: Terror.

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