Crítica
Público recomendado: +16
Estreno en plataformas
Durante la segunda guerra mundial un grupo de jóvenes boy scouts arriesgaron sus vidas cuidando a niños huérfanos judíos y ayudándoles a escapar de la Francia ocupada. Uno de aquellos jóvenes fue el famoso mimo Marcel Marceau, que aparece junto a otros célebres combatientes de la Resistencia francesa, como Georges Loinger, y a quienes se hace un meritorio homenaje en la película Resistencia.
Se trata del tercer largometraje del director y novelista venezolano Jonathan Jakubowicz, quien también estuvo a cargo de Secuestro Express (2005) y Manos de piedra (2016), biopic sobre el boxeador panameño, campeón de peso ligero, Roberto Durán. En esta ocasión toca una historia personal, pues Jakubowicz es descendiente de judíos polacos.
La historia, refleja con dureza la crueldad de la guerra desde la primera escena, donde un hogar judío se ve cruelmente sacudido por la irrupción de soldados nazis que asolan la vida familiar en cuestión de segundos con increíble brutalidad.
A lo largo de la historia somos testigos de la dinámica inhumana del odio, que no sigue más lógica que la brutal persecución de quien es diferente. A las atinadas reflexiones de las que somos testigos en varios momentos de la película, siguen violentos sucesos llenos de sinsentido. En medio de las conjeturas de varios personajes sobre cómo evolucionarán los acontecimientos, Francia es finalmente invadida y ocupada completamente en cuestión de meses. Los niños judíos no están seguros y son repartidos entre familias e instituciones que acceden a acogerles. Muchos de los boy scouts, viendo la deriva que toman los acontecimientos, entran a formar parte de la Resistencia francesa y se enfrentan a los soldados nazis, a cargo del jefe de las SS, Klaus Barbie, conocido como el Carnicero de Lyon.
Diversos acontecimientos les harán comprender que la mejor manera de ayudar a su país y a los judíos es tratando de evacuar a los huérfanos de Francia, una arriesgada misión, que convertirá a muchos de ellos en héroes nacionales, como a Marcel Marceau, que fue nombrado Gran Oficial de la Legión de Honor y recibió la Orden de Mérito de la nación de Francia.
Película recomendable con una factura visual cuidada y buenas actuaciones. La historia tiene un buen ritmo y atrapa al espectador en algunos momentos, aunque se entretiene en otros que resultan menos interesantes. Jesse Eisenberg compone un gran personaje, pero uno se queda con la sensación de que no llega a transmitir del todo el apasionante mundo interior del gigante que interpreta: Marcel Marceau.