Crítica:

Público recomendado: Todos

Cinta de aventuras perteneciente al subgénero de “los mares del Sur” en que Gary Cooper vuelve a demostrar que pese a estar entrado en años ya en los 50 seguía siendo uno de los más portentosos actores de su tiempo. En esta ocasión da vida a un hombre solitario preso del pánico ante la idea de asentarse con una mujer y formar una familia. Sin embargo logrará redimirse de sus faltas sólo al final y gracias al amor de su hija. En el primer tercio de la película la imagen del cruel pastor protestante lo llena todo. No escatima en detalles –muy al estilo de los años 50- sobre cuán cruel se puede ser a la hora de imponer una religión a un pueblo sometido. La fe de los nativos no es verdadera, sino que son víctimas del temor de Dios. Será también pastor uno de los personajes que logra redimirse con el tiempo y a medida que avanzar la cinta su corazón va transformándose y gracias a ello la paz y la armonía imperarán en esta pequeña comunidad.