Crítica

Público recomendado: +16

Clint Eastwood estrena nueva película en el año en que va a cumplir 90. Y lo hace como siempre: con enorme libertad, de espaldas a lo políticamente correcto y reivindicando los grandes valores de la tradición norteamericana. En esta ocasión se inspira en un personaje real, cuyo nombre da título a la película, y que trabajaba de vigilante en las Olimpiadas de Atlanta de 1996, donde un terrorista hizo explotar una mochila en el Centennial Olympic Park, causando dos muertes y más de un centenar de heridos. La diligencia y el sentido del deber de Jewell evitaron un desastre mayor, y en seguida fue aclamado como héroe por la opinión pública estadounidense. Pero su momento de gloria duro poco, ya que el FBI le señaló como el sospechoso número uno.

Espléndida película que combina perfectamente la investigación judicial con el drama humano. Ante todo es una película de personajes, inteligentemente construidos. Jewell (Paul Walter Hauser) es un hombre extremadamente sencillo, no demasiado inteligente, pero profundamente honesto y con un sentido exquisito de la responsabilidad y del celo en su trabajo. Su abogado Watson Bryant (Sam Rockwell) está de vuelta de todo, pero queda fascinado por la pureza de espíritu de su defendido. La madre de Jewell (Kathy Bates) encarna la fe y el amor incondicional maternales. Y el agente Tom Shaw (Jon Hamm) es un hombre lleno de prejuicios, pragmático y que sólo busca cubrir el expediente de la manera que le sea más favorable. Con estos mimbres humanos, Eastwood teje una conmovedora historia que, a la vez que crítica el funcionamiento del sistema, reivindica los fundamentos del mismo sistema, y que son las bases de un sano Estado de derecho, garantista y basado en los derechos del individuo.

Clint Eastwood ha sido duramente atacado en Estados Unidos por esta película, acusada de machismo por el retrato que hace de la periodista Kathy Scruggs (Olivia Wilde). También la señalan por ser supuestamente cercana a la “ideología Trump”. Sinceramente, no creo que el espectador español vaya a encontrar ni una cosa ni la otra. Lo que va a encontrar es una magnífica película.