Crítica

Blue es un guacamayo azul que ha crecido en un pequeño pueblo de Minnesota junto a su dueña Linda. Un día, un científico brasileño llamado Tulio les invita a ir con él a Brasil, pues Blu es el último macho de su especie, con la idea de que conozca a su homónima femenina, Perla.

Pero las cosas se complicarán cuando los dos ejemplares, que se llevan a muerte, son secuestrados por unos traficantes de aves y los encadenan, así que se tienen que unir fuerzas para escapar, con el agravante de que Blu no sabe volar… Así comienzan una trepidante aventura en la ciudad de Río de Janeiro, con el carnaval como telón de fondo.

Carlos Saldanha (Ice Age, Robots) dirige esta divertida película de animación en 3D, con la que pretende hacer un homenaje a su ciudad natal. La estética es deslumbrante, el calor y el calor de Brasil invaden la pantalla desde el primer fotograma. El aprovechamiento de la técnica estereoscópica realza la profundidad de los espacios y los movimientos de cámara, como por ejemplo la escena en la que los protagonistas vuelan en parapente. La animación es extraordinaria: la interpretación de los personajes es más compleja que la de otros títulos de la productora Blue Sky. De hecho, con esta cinta, la empresa introdujo Deformador de Volantes, un programa que permitió a los animadores un mayor control en la colocación y forma de las plumas, con el fin de ofrecer una mayor expresividad a los personajes. Al mismo tiempo, este software les permitió representar con mayor realismo las aves del país sudamericano.

Mención aparte merece los estupendos números musicales, entre los que destacan la secuencia con la que comienza el filme y la balada que ambienta un pasaje romántico en el techo de un tranvía. La banda sonora cuenta con artistas como Taio Cruz, Jamie Foxx, Carlinhos Brown entre otros.

Don Rhymer (Locos por el Surf, Esta abuela es mi padre) firma un guión que no es tan extraordinario como su estética, pero está repleto de acción, ternura y humor para todas las edades. Es muy destacable su apuesta por la familia como la primera prioridad para aquellos que han decidido formar una, más allá de los pequeños sacrificios que se tengan que hacer, así como el de la generosidad de acoger a otros. Asimismo, su historia invita a no dejarse amedrentar por los temores y escuchar la voz interior para luchar por las cosas que se quieren.