Crítica

Público recomendado: +14

Uno de los abanderados del cine indie de los últimos años es el cineasta Noah Baumbach, recordado por Una historia de Brooklyn, Margot y la boda o Historia de un matrimonio (que sin ser maravillosas invitaban a la reflexión de manera acertada), que adapta la novela de Don DeLillo, titulada: Ruido de fondo, que es una crítica a la sociedad consumista, así como disecciona el comportamiento de la sociedad estadounidense de los años 80, pues se ambienta en torno a una familia y a lo que puede encontrarse en un supermercado. Para ello, este cineasta utiliza como fuente de inspiración ET, el extraterrestre y Encuentros en la tercera fase junto a la inolvidable cinta de ciencia ficción: La invasión de los ultracuerpos de Philip Kaufman, protagonizada por Donald Sutherland.

Esta producción se estrenó en salas hace dos o tres semanas y desde el día 30 de diciembre puede verse en la plataforma de Netflix, ocupando el último puesto del top 10, una posición excesivamente alta, sobre todo teniendo en cuenta, que es una producción que no hay por “donde” cogerla,  a pesar del esfuerzo de dos razonables buenos actores como Adam Driver o Greta Gerwig.

Este largometraje es muy aburrido (tremendamente tedioso). Las situaciones cómicas nos parecen surrealistas y lo dice una persona que en un momento determinado puede disfrutar de una escena de este tipo si viene acompañada de buenas dosis de humor inteligente. El problema es que este tono es el mismo desde el primer minuto de metraje hasta el último. Las escenas son larguísimas con parrafadas, enmascaradas en grandes reflexiones vacías de contenido, algunas de ellas de más de diez minutos.

El único acierto, por decirlo de  otra manera, es la crítica que se hace a la desestructuración de la familia y a las dificultades tanto de padres como de hijos cuando entremezclan familias para formar una nueva.

Víctor Alvarado