Crítica:

Público recomendado: Familiar.

Bo es un burrito que sueña con algo más que dar vueltas y vueltas a la noria. Su oportunidad de hacer algo increíble llegará, cuando se escapa del molino y es acogido por María que está embarazada. Su nueva misión será acompañarla junto a su esposo José a un lugar llamado Belén. En el camino se les unirá una socarrona Paloma llamada Dave y la parlanchina Ruth, una oveja que se ha perdido del rebaño. Además de tres camellos desesperados por encontrar un lugar donde descansen sus agotadas posaderas. Pero unos malvados perros mandados por un tal Herodes conseguirán poner a este trío al borde del fracaso. ¿Conseguirán los canes alcanzar su malvado propósito?

Divertida recreación de la primera Navidad de la historia dirigida por un inspirado Timothy Reckart nominada al Óscar al mejor corto de animación por su trabajo en 2013 Head over heles y una metafórica e inspiradora historia de un matrimonio y su búsqueda de la felicidad.

Aquí Reckart deja la técnica stop motion, de la que es especialista, para poner todo su talento en una película que a pesar del bajo presupuesto da una muy buena nota. Los personajes de los animales resultan entrañables y muy simbólicos. La ganas de servir del borrico, la osadía de la paloma y la sencillez de la oveja que, cerca de la Sagrada Familia se sienten en plenitud.

Además de unos personajes adorables, el guión también resulta bastante fresco y ágil, re-visitando el misterio del Nacimiento con una gracia que encandilará a todos.

Resulta muy atractiva la visión positiva sobre la necesidad de comprender al otro a pesar de sus errores, de la necesidad de trabajar en equipo y de que a pesar de lo poco que podemos hacer un sencillo gesto puede cambiar el mundo.

En definitiva una película muy recomendable que nos salva las Navidades de todas las ñoñerías y simpleces que suelen cargarse la cartelera navideña.