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Searching for Sugar Man

Searching for Sugar Man

Público recomendado: Jóvenes-Adultos 

El olimpo del rock tenía en Sudáfrica el altar de un dios desconocido. Por eso un coleccionista y un crítico musical tratarían de obtener la verdad décadas después, ayudados por internet, por su olfato, su perseverancia, y algo de suerte.

Sugarman es el nombre de Rodriguez, un olvidado artista folk-rock que grabó dos buenos discos entre 1969 y 1971 y que pasaron completamente desapercibidos en los USA. La oscuridad de su carrera musical sólo brilló por dos aspectos: uno curioso, que fue su apabullante éxito y celebridad en Sudáfrica y el otro misterioso: su suicidio en el escenario en un concierto delante de sus fans.

La huella que dejó su música en Sudáfrica fue gigantesca, un auténtico ídolo. Grupos de músicos blancos y jóvenes antiapartheid en general, encontraron en su música una seña de identidad de rebelión y de lucha frente a la sinrazón de la discriminación. Pero su importancia como músico y como referente en todo el país contrastaba con la ausencia de datos: nunca viajó a Sudáfrica ni supieron nada de él. El propio Rodríguez nunca pudo haber ni soñado con la celebridad que tendría a decenas de miles de kilómetros de los estudios de Chicago donde grabó sus discos. ¿Cómo pudo producirse algo así?

Nadie es profeta en su tierra. Pero lo que es difícil imaginar es que durante muchos años, uno pueda haber sido profeta en tierras distintas, atravesando fronteras, mares incluso la “barrera de la muerte”. Este fue el caso de Rodríguez. Pero como su fama no decaía en Sudáfrica, el mito iba creciendo: ¿qué fue de él?, ¿cómo se produjo de verdad su muerte?, ¿por qué de otras estrellas del rock se sabían muchas cosas y de él sólo se tenía la foto de un álbum y las letras de las canciones?

Searching for sugarman se alza destacadamente en la categoría de los documentales biográficos, como Anvil: el sueño de una banda de rock (Sacha Gervasi, 2008), George Harrison: living in the material world (Martin Scorsese, 2011),  Marley (Kevin McDonald, 2012). Y como estos, forma parte del selecto grupo de los que tiene algo interesante que decir, algo sobre la vida en general, sobre el trabajo, las relaciones, el relativo y fugaz valor del éxito… Sobrepasan a los documentales que sirven, sobre todo, para dar una nueva vuelta de tuerca al bolsillo de sus fans: Justin Bieber: Never say never (Jon M. Chu, 2011) o El canto del loco, la película (Pilar Villalaín, 2008).

Malik Bendjelloul, cuya carrera se desenvolvió en la televisión sueca y en la colaboración en documentales musicales, se estrena como director con este documental, de manera sobresaliente. Aquí, esta vez al mando también del guión, y de la producción, maneja con maestría los ingredientes de esta leyenda musical. La historia está bien plasmada, con ritmo, forzando incluso el carácter policíaco en las investigaciones del periodista y de su amigo el coleccionista. Las canciones de Sugarman son buenas, quizá no sean las memorables canciones de una década, pero tienen el poso para haber resistido el paso del tiempo, por su voz, sus letras y su actitud.

 

Pablo Gutiérrez Carreras

Ficha técnica:

(Reino Unido–Suecia, 2012)

Director: Malik Bendjelloul

Interpretación: Stephen ‘Sugar’ Segerman, Dennis Cofey, Mike Theodore, Craig Bartholomew-Strydom, Sixto Rodriguez

Duración: 85 minutos

Género: Documental musical

 

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