Crítica
Aprovechando el tirón taquillero de la ganadora de los Óscar 2011, El discurso del rey (2010), Antena 3 ha emitido con notable éxito de audiencia la serie Downton Abbey, que ha arrasado en Gran Bretaña con una media de 10 millones de espectadores, mientras que en EEUU Ha llegado a los 6 millones por capítulo y de la que se espera una nueva entrega próximamente.
Esta producción televisiva se ha inspirado en la memorable serie de la BBC, Arriba y Abajo, y en la obra maestra de Robert Altman, Gosford Park (2002) por la que el creador de esta serie ganó el Óscar al mejor guión en el 2002. Y es que Julian Felowes es un amplio conocedor de la clase alta británica y no se le escapa ni el menor de los detalles.
La compañía británica Carnival Films nos propone un drama en el que se cuenta la relación entre señores y criados en el condado de ficticio de Downton Abbey con dos subtramas principales. La primera de ellas se desarrolla entre unos miembros de la aristocracia que buscan un heredero entre un grupo de pretendientes, pues su hijo falleció en el hundimiento del Titanic. La segunda de ellas transcurre entre dos sirvientes envidiosos que siembran cizaña entre los criados más honrados. Por otro lado, los guionistas dosifican la tensión amorosa entre las parejas de la alta sociedad y las de la plebe.
El personaje estrella está interpretado por la veterana y consolidada Actriz, Maggie Smith (“La reina madre del condado”) sobre la que giran casi todas las historias, que tiene un bonito detalle con un jardinero que demuestra un gran talento para el cultivo de la rosa.
Cambiando de tema, la cinta muestra una actitud crítica ante los matrimonios de conveniencia, ofreciéndonos gran multitud de temas para atraer a todos tipo de público como la relación morbosa entre señorito y criado; la muerte en extrañas y comprometidas circunstancias; y la misteriosa relación de amistad entre un sirviente y el conde o el problema que puede suponerle a una persona generar envidias sin pretenderlo.
Por último, el lado más humano de la nobleza parte de la generosidad, la bondad y la sensatez del personaje interpretado por Hugo Bonneville, que ayuda y confía ciegamente en su compañero convertido en criado como decíamos o la ayuda a la cocinera que se está quedando ciega lo que contrasta con las intrigas y las zancadillas de otros miembros de esta familia en decadencia
Finalmente, la ambientación está muy conseguida, tratando de ser lo más fiel posible a al periodo de la historia que se narra. La mansión, que aparece en la cinta, es Highclere Castle, cuyos dueños, curiosamente, financiaron la expedición de Howard Carter, descubridor de la tumba de Tutankamon. Además, las escenas del servicio fueron rodadas en los Estudios Ealing.