Crítica
Público recomendado: +18
Película estrenada en plataformas
Shirley (2020) es el nuevo thriller psicológico dirigido por Josephine Decker —Madeline’s Madeline (2018)— que se estrena y ofrece en alquiler en varias plataformas como Filmin, Movistar+ o Youtube, basada en la novela homónima de Susan Scarf Merrell. Si bien la película no busca ser un biopic de la escritora Shirley Jackson, conocida por su éxito en el género de terror, puede llegar a confundir al espectador y crear una falsa memoria sobre ella.
Fred (Logan Lerman) y Rose Nemser (Odessa Young) unos jóvenes recién casados se mudan a Bennington College por el nuevo trabajo de Fred como ayudante del profesor Stanley Hyman (Michael Stuhlbarg), marido de Shirley Jackson (Elisabeth Moss). Al no tener donde hospedarse tras su llegada, el matrimonio formado por el profesor y la escritora les ofrecen su casa. Pero lo que en un principio iba a ser una breve estancia, se convierte en un largo periodo de tiempo dentro de ese hogar de ambiente perturbador. Rose, que es una gran admiradora del trabajo de Shirley, cede ante la propuesta del profesor que le pide ayuda con su esposa incapacitada para poder llevar una vida normal debido a un ataque de agorafobia. Shirley comenzará a escribir una novela con la ayuda de Rose, mientras su relación se irá haciendo cada vez más íntima hasta el punto de desarrollarse una tensión sexual entre ellas.
La mayor parte de la historia tiene lugar entre las habitaciones de la casa, la fotografía lúgubre y claustrofóbica, junto al desarrollo irregular de la trama son los mecanismos por los que se intenta llevar al espectador al interior de las mentes de los personajes que viven ahí. Aunque todo esto llega a resultar demasiado intenso, incluida la actuación de Elisabeth Moss que aparece como un tanto excesiva. A todo esto hay que añadir que la película hace una versión tergiversada de la vida de Shirley Jackson aliñada por la ideología de género. El matrimonio de la escritora no fue fácil, tuvieron cuatro hijos de los que ella se ocupaba, mientras él le era infiel en numerosas ocasiones, además de controlarle económicamente. Esta situación condujo a Shirley al consumo abusivo de alcohol y barbitúricos. Una realidad muy alejada de la que se nos presenta en el filme, que muestra solo cierta problemática y control de él hacia ella sobre su escritura, pero en el que se les muestra, en cierto modo, como cómplices de lo que ocurre en su relación y felices. Nada más lejos de lo que fue la vida de esta gran escritora, y que termina por ofrecer una visión mediocre de la realidad.