Crítica:

Público recomendado: Adultos

Dentro de la ola del Nuevo Cine Alemán que está propiciando una interesante revisión histórica del siglo XX, esta película de Andres Veiel retoma un tema que ya planteó descarnadamente Uli Edel en 2008 con R.A.F. Facción del Ejército Rojo.

Si en aquella cinta se abordaba la vida de los terroristas Andreas Baader y la periodista Ulrike Meinhof, en esta se trata de la vida de la amante de Baader, Gudrun Ensslin y el padre de su hijo Bernward Vesper.

Ambientada en la Alemania Occidental en los años sesenta, la película nos cuenta la relación entre Gudrum y Bernward, una relación que nace de su pasión por la literatura, que se va orientando hacia el compromiso político, y que termina en la radicalización extrema y la autodestrucción.

Con el fondo documental de la guerra del Vietnam, de la visita del Sha de Persia y la crisis de los misiles, este film retrata los las utopías sesentayochistas, desde el amor libre a la revolución, y muestra las huellas mortales que la ideología deja en quien se entrega a ellas. Un film largo, denso y amargo, duro en ocasiones, que testimonia la irracionalidad de las posiciones antisistema. La sutil propuesta del cineasta la encarna la directora de la cárcel: hay que hacer lo mejor que se pueda desde dentro. Un film para espectadores reflexivos.