Crítica

Público recomendado: +16

Este largometraje llega a los cines de la mano del director Michael Jacobs. El reparto está compuesto por Susan Sarandon (Mónica), Richard Gere (Howard), Diane Keaton (Grace), William H. Macy (Sam), Emma Roberts (Michelle) y Luke Bracey (Allen).

La película se centra en la pareja de Michelle y Allen, unos jóvenes que se están planteando qué hacer con su relación de cara al futuro y para ello, piden consejo a sus padres. Howard y Grace, los padres de Michelle, le proponen a su hija que Allen y sus padres, Mónica y Sam vayan a cenar a su casa para conocerse y así poder tratar el futuro de sus hijos. Sin embargo, las cosas no son lo que parecen y los padres de ambos se conocen más de lo que ellos piensan.

Aunque en un principio interpretamos que se trata de una comedia, este largometraje tiene una carga muy importante de dramatismo, sin abandonar la dosis de humor en un gran número de escenas. En ella se abordan grandes temas con personajes que debaten sobre la vida, el dolor, la soledad y, sobre todo, sobre el amor.

No se puede negar el indudable talento del elenco que compone esta película, pero sí que es cierto que existen momentos en los que los personajes pierden fuerza por el hecho de estar muy estereotipados. Y a pesar de que el guion es original, la historia de Maybe I Do está un poco desgastada a pesar de tratarse de una tragicomedia.

Sin lugar a dudas hay grandes escenas en las que el espectador reirá y también llorará, y todo ello gracias al estupendo trabajo que actores de la talla de Sarandon, Gere, Keaton y Macey consiguen transmitir al público.

Toda la película gira en torno al amor, y la forma en la que las personas lo vemos y lo sentimos. Algunos tenemos miedo al amor, otros estamos ansiosos de amar y otros, hemos dejado de creer en él. Todas las opiniones son válidas y cada uno habla y se expresa en función de sus experiencias personales pero lo que no tenemos que hacer nunca es dejar que lo malo que nos ha pasado a nosotros, influya al resto.

Cuando alguien no tiene suerte en el amor, no puede convertirse en su enemigo y tampoco debe entrometerse en las relaciones de los demás e intentar que el resto vea las cosas como esa persona lo hace. Hay infinitos tipos de amor y relaciones románticas de todo tipo y solamente los implicados en ella pueden decidir cómo vivirla.

El presente es nuestro aliado y tenemos que guiarnos por él, porque si nos fijamos en el futuro, el miedo y las suposiciones se apoderarán de nosotros y no podremos disfrutar del ahora. Y por supuesto, sinceridad ante todo y llevar la verdad por delante.

Sí, puede sonar a tópico, pero es completamente cierto. Hablar con el corazón en la mano, con la mirada fija en la persona a la que quieres, y no dejarla marchar si el sentimiento es puro y sincero. Considero que es mejor lanzarse y atreverse que arrepentirse por no haber hecho lo que se quería. No debemos dejar que nadie elija por nosotros, tenemos que ser dueños de nuestra vida y de nuestras decisiones y apostar por lo que creemos que va a funcionar.

En mi humilde opinión el amor consiste en dar y recibir, en querer y ser querido, en mantener el equilibrio y no caernos al vacío. Y, como dijo Leonard Cohen: El amor no tiene cura, pero es la única cura para todos los males.

Ángela Taltavull