Crítica

Sin identidad es una película pre-veraniega que cumple su función, entretener sin grandes pretensiones. Liam Nesson interpreta al doctor Martin Harris que, mientras se encuentra con su mujer en Berlín, sufre un accidente de tráfico, que le provocará un prolongado estado de coma.

Al despertar descubrirá que alguien está suplantando su identidad. Que nadie le recuerda, ni siquiera su mujer. Comenzará pues, una investigación exhaustiva para averiguar qué está sucediendo.

Sin embargo, incluso cuando la película no tiene grandes aspiraciones, se puede descubrir algún rasgo o momento más digno que el resto. Liam Nesson encarna, al fin y al cabo, a un sujeto que desconoce su identidad en el más sencillo y decisivo aspecto existencial. Un sujeto perdido, sin referentes. Que debido a un accidente se ve forzado a descubrirse en acto. Lo que los antiguos llamaban descubrirse en acción. De tal manera que cada gesto o cada recuerdo espontáneo es tratado como una pequeña pepita de oro que debe ser separada del resto. Y por lo tanto, requiere toda la atención. Pues bien, el hombre de ayer o de hoy, con amnesia o sin ella, verá en personajes con este tipo de conflictos, una ocasión para detectar de dónde proviene la identidad de uno. No es habitual que el conflicto se resuelva completamente, pero muchas veces, al menos, se nos muestra de dónde no proviene. Por ejemplo, soy más “yo” en mi deseo de amar a mi esposa, a pesar de que no me reconozca, que en el pasado que arrastro. En este sentido, el arco del personaje es completo.

En cuanto a la técnica que envuelve este antológico e inagotable conflicto, resaltar que permite generar un producto correcto y que funciona muy bien. El ritmo y la estructura, tanto visual como narrativa, dejan espacios abiertos e inconexos y escenas de acción dilatadas, que alteran la unidad. Quizás sean aduanas necesarias, para poder sostener un producto como éste, en un mercado que ya casi nadie entiende. Sin embargo, el español Jaume Collet-Serra mantiene el suspense con eficacia, de la mano de un soberbio Liam Nesson, que parece interpretar a un personaje hitchconiano recorriendo la Francia del frenético Polanski. Sin identidad, tiene, por decirlo así, el regusto a otras obras ya conocidas. Pero a pesar de eso, consigue tener cierta identidad propia, consolidando así al joven barcelonés, como la nueva promesa para un Hollywood que sí que parece sin una identidad clara…