Crítica

Público recomendado: +12

Llega a nuestro país la nueva película del director francés Yann Gozlan Black Box (2020). En esta ocasión nos presenta otro thriller sobre la investigación del accidente de un vuelo Dubai-París que se estrella en los Alpes en el que viajaban 300 pasajeros y 16 miembros de la tripulación. El director del filme afirma sentir fascinación por la aviación y en especial a todo lo que rodea sobre el tema de las cajas de negras.

El protagonista de la película, Mathieu Vasseu (Pierre Niney), es un joven trabajador de la BEA (Bureau d’Enquêtes et d’Analyses pour la sécurité de l’aviation civile) —Oficina de Investigación y Análisis para la Seguridad de la Aviación Civil—, con un oído muy fino y que se dedica al análisis de sonido de las cajas negras con un gran perfeccionismo. Tras el accidente ocurrido en los Alpes, Mathieu se encuentra a cargo de la investigación de la grabación de la caja negra del Atrian-800. Pero lo que parece que en un momento puede resolverse de una manera sencilla, una serie de pequeños detalles —percibidos por el oído de nuestro protagonista— le llevan a pensar que puede haber algo más detrás de todo y que la grabación de la caja negra esté manipulada. El director conducirá al espectador astutamente para que pueda entrar en la mente del protagonista, compartiendo con él su frustración y ansiedad ante el complicado dilema ante el que se encuentra.

Es de valorar que el filme no se hace pesado, mantiene la tensión y la intriga y no se pierde en crear tensiones innecesarias. Se ve una muy buena documentación sobre el trabajo de la Bea, que ha participado ayudando en la grabación de la película, incluso se ha permitido grabar en sus instalaciones. También hay que destacar la calidad de las actuaciones de los personajes, no solo la del protagonista, también la de su pareja Noémie Vasseur (Lou de Laâge) o la breve, pero importante, aparición de Olivier Rabourdien como Victor Pollock, que también apareció en anteriores filmes del director como en Burn Out (2017). No se trata de una película con grandes efectos especiales, pero sí cuenta con una estética sencilla que sorprende en algunos planos. Además de todas las cuestiones técnicas, la película también nos presenta varias cuestiones intelectuales o morales como pueden ser el conflicto entre el hombre y la máquina, la inteligencia artificial, la verdad que se oculta y los motivos que llevan a la mentira y las conspiraciones que derivan de ella. En definitiva, una película que entretiene de una forma inteligente al espectador.