Solo los amantes sobreviven 
Público recomendado: Adultos
Vaya por delante que no me encuentro entre los admiradores del cine de Jim Jarmusch. Su cine, personal, hermético e intransferible goza de todo mi respeto pero nunca me he sentido particularmente atraído por él. Jarmusch es un director demasiado encantado de haberse conocido como un tipo raro al que aplauden con entusiasmo su religiosa tropa de seguidores. No obstante, su cine, en el peor de los casos, siempre es más o menos interesante y esto es algo que también afecta a Solo los amantes sobreviven.
Empecemos por lo malo. A Solo los amantes sobreviven le sobra metraje en casi todas sus escenas. Es lo que tiene estar demasiado encantado de haberse conocido, que uno termina regodeándose en exceso en sus propias rarezas. Lacónica hasta la angustia y deprimente en cada uno de sus planos la película de Jarmusch como pesimista visión de la sociedad actual puede que funcione, pero no como metáfora existencial que es, se supone, a lo que aspira el film. Sorprende, que pese a la fama de cineasta intelectual, Solo los amantes sobreviven sea en realidad una película bastante simplista. Además, el director de Dead Man, aún abordando una cuestión tan poco afín a su filmografía como son los vampiros y aún haciéndolo desde una óptica indefectiblemente personal, lo cierto es que al final Jarmusch termina tocando los mismos temas que ya han sido tratados en infinidad de películas sobre vampiros. Lo hace de una forma distinta, marcando las distancias con el populacho de lo comercial y subrayando las muy marcianas formas de hacer las cosas, pero esto no significa que termine diciendo algo nuevo.
Solo los amantes sobreviven nos cuenta la historia de Adam (Tom Hiddleston) en Detroit y Eva (Tilda Swinton) en Tanger. Son dos vampiros casados desde hace siglos y enamorados que no obstante viven (es un decir) separados por miles de quilómetros de distancia. Adam solo quiere morir. Eva en cambio, lleva el asunto de una forma mucho más placentera. Eva viajará a Detroit para tratar de sacar a su marido de su particular abismo vital pero la irrupción de la imprevisible y desbocada Ava (Mia Wasikowska), hermana de Eva, trastocará las cosas. La película, oscura, gótica y realista a la vez, supura pesimismo en cada fotograma y de hecho, resulta un tanto indigesta en este sentido.
Ahora bien, no se le puede negar a Jarmusch una habilidad innata para plantear metáforas con la imagen. Sirva de muestra la escena con la que se abre el film, con las estrellas que se convierten en surcos de un disco de vinillo que se funde con los cuerpos de Adam y Eva que, en plano cenital, comparten un ciclo común, infinito y oscuro. Y es que Jarmusch es así y las impresiones que pueden causar sus películas fluctúan entre dos extremos, la admiración sin paliativos y el sumo desprecio. Jarmusch, y con él, Solo los amantes sobreviven, es un cineasta de extremos que ni gusta ni disgusta por igual pero que genera ambas sensaciones de una forma muy marcada. Y en cierto modo así es la película que nos ocupa porque en el mismo metraje se agolpan momentos tan brillantes como decepcionantes. Puede que tanto entre los admiradores y los detractores haya quien se eche rasgue las vestiduras, pero es verdad. Solo los amantes sobreviven no es ninguna obra maestra aunque contiene ideas magistrales, pero tampoco es una falacia, aunque incluye momentos realmente demenciales. Esto es Jim Jarmusch.
Ramón Monedero
Ficha técnica:
Only Lovers Left Alive
(Reino Unido y Alemania, 2013)
Dirección: Jim Jarmusch
Interpretación: Tom Hiddleston (Adam), Tilda Swinton (Eva), John Hurt (Marlowe), Mia Wasikowska (Ava), Anton Yelchin (Ian) y Jeffrey Wright (Dr. Watson).
Duración: 123 min.
Distribuidora: Vértigo Films
Género: Drama, Terror, Romance.