I am your woman

Crítica

Publico recomendado: +13

Película estrenada en plataformas

Se podría definir I’m your woman, última película de la directora y guionista Julia Hart (ya realizadora de Miss Stevens, Fast Color and Stargirl), como una típica película de crimen, de la que ya conocemos la historia; sin embargo, esta película, protagonizada y producida por Rachel Brosnaham, presenta un elemento de frescura en un género que de lo contrario podría resultar obvio. Jean (Rachel Brosnaham), mujer de cuya vida conocemos pocos detalles, entre ellos que su marido, Eddie, está involucrado en algo turbio, es un personaje que a nivel narrativo encajaría en un sitio “detrás de las escenas”; sin embargo, se convierte en el foco de atención de la directora, y así en el personaje que está llamado a despertar la empatía y la simpatía del público.

La película nos deja entrever poco o nada de las razones por las cuales Jean está condenada, junto a su hijo adoptivo, a una huida inesperada – entre ellas el hecho de que Eddie parece haber traicionado a sus socios, lo cual pone a su entera familia en riesgo de muerte. Así, el espectador se encuentra siguiendo a la protagonista en un éxodo contra el tiempo y contra la muerte. De esta suerte, en lugar de ver lo que está realmente pasando, nos quedamos con las “consecuencias” de ello, es decir, con el sufrimiento y la situación a la que se debe enfrentar una mujer completamente desprevenida para dicho tipo de acontecimientos, que hasta entonces había vivido entre lujos y comodidades; lo que hace de la película algo realmente original dentro de su genero.

Aunque, a pesar del argumento, el ritmo resulte a veces lento y repetitivo, y por momentos incluso agonizante, no se dejan de apreciar los toques estéticos y de imaginería visual de los años 70, acompañados por las canciones de Aretha Franklin y Bobbie Gentry. Pero, sobre todo, el espectador está llamado a entrar en la introvertida riqueza del personaje principal, que no se convierte nunca en la super-woman de bandera feminista, sino, con su fragilidad, aprende a asumir riesgos, y a elegir por su cuenta y por lo que ama.

La directora no solo quiere poner de relieve lo que supone ser “mujer” y “el personaje secundario” dentro de una historia escrita en principio por y para hombres, sino incluso nos da unos toques de atención con respecto a cuestiones raciales; por ejemplo, cuando se ponen de manifiesto las condiciones a las que, por ser negros, la familia de Cal (un viejo compañero de Harry representado por un magnético Arinzé Kene) ha tenido que enfrentarse.

Destacando en su gusto por los detalles estéticos, y por la originalidad de la perspectiva que asume, I’m your woman, a pesar de unas cuantas caídas de estilo, nos presenta una interesante progresión de un personaje en absoluto obvio, y, por lo menos, una fascinante ambición.

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