Crítica
Público recomendado: Todos
En la primera parte de la saga Space jam(1996), memorable encuentro contra un equipo de disparatados y atrabiliarios y biliosos alienígenas. El rotundo relato devino, de alguna manera, el Regreso al futuro de los años noventa o el Dirty Dancing epocal, aunque las únicas coreografías concurrentes las radiografiaba Air a cadencia de mates y triples. En tal cinta noventera, el prodigioso Jordan se convertía en impagable auxilio de los portentosos Looney Tunes.
Cinco lustros después, el escolta de los Lakers, LeBron James, es quien solicita ayuda a los magistrales cartoons de la Warner Bros para echar unas canastas, triunfar, salvar su mundo y recuperar a su hijo y a su familia. LeBron deberá enfrentarse a un pérfido y megalómano algoritmo con forma humana cuyo exclusivo interés es obtener nombradía y dudosa reputación en el denominado serviverso. En tal y paralelo mundo virtual, abducidos por Al-G Rhythm (Don Cheadle), LeBron y su retoño Dom (Cedric Joe) deberán enfrentarse a un desafío canastero que determinará inexorablemente su inmediato futuro.
Enfrentados por su disparidad de opiniones, la relación padre-hijo, hadal quiebra, dará lugar a heroica epopeya en la que las normas del baloncesto quedan definitivamente eclipsadas, el juego queda presidido por los preceptos de los videojuegos y el universo ‘gen z’, mientras saturan la pantalla y estragan nuestras retinas con la Inteligencia Artificial y la realidad aumentada a través de estroboscópicas luces de neón, extrañas levitaciones, power ups, trucos “mágicos” y plurales y letales delirios tecnológicos: hacia el transhumanismo y más allá.
Pulula por la cinta abundante panoplia: desde Bugs Bunny y Porky a Coyote y Correcaminos, sin olvidar al más grande: el pato Lucas. Y por supuesto cameo de Michel Jordan. O la aparición, también, de otros grandes baloncestistas: Anthony Davis, Klay Thompson, Damian Lillard. Y, sobre todo, la jugadora Diana Lorena Taurasi, Phoenix Mercury de la WNBA (la NBA femenina) y UMMC Ekaterinburg, Liga rusa, pues. Cameos aderezados con innumerables guiños: Juego de Tronos, los personajes de DC Comics, Matrix y, sobre todo, Harry Potter: de baloncesto a quidditch, toque genial.
Y en el bando rival de los malotes, aparte del citado algoritmo con apariencia humana, emergen un hombre de hielo y fuego, una arácnida hembra y un androide capaz de controlar y diferir el tiempo. Hermoseado con prescindible toque vintage, en esta nueva peripecia de Space Jam, Nuevas Leyendas, dirigida a la sazón por Malcolm D. Lee, brota dolorosa sombra: la historia, cinematográficamente hablando, agoniza bien pronto, la trama no da para dos larguísimas y excesivas horas, además producirse la acre sensación de que algunas secuencias acaecen forzadas. Otras, extremadamente predecibles.
Y luz: relato, glorioso basket aparte, que retrata una seductora y poderosa historia paterno-filial: un enojo padre-hijo que desemboca en acometida virtual acontecida en entretenido y difuso ente tecnológico. Y, por supuesto, tal vez todos necesitemos un Dream Team. Pero de verdad. En fin.