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Spider-Man: No Way Home

Caratula de "Spider-Man: No Way Home" (2021) - Pantalla 90

Crítica

Público recomendado: +12

Llega una de las películas que más expectación ha levantado en los últimos años, tanto es así que se ha estrenado con cifras de taquilla que rompen records de antes de la pandemia. Todo gracias a la idea de abrir el concepto del multiverso, por el cual personajes procedentes de las distintas versiones de Spider-man pueden convivir en la misma película.

Peter Parker y sus allegados sufren las consecuencias de que se haya hecho pública su identidad como Spider-man. Para solucionarlo, Peter decide pedir ayuda al Doctor Extraño. Sin embargo, el hechizo sale mal y empiezan a aparecer villanos de universos alternativos.

Lo primero que hay que decir es que vivir esta película en un cine lleno de fans es toda una experiencia. No Way Home no es una película de Spider-man más, es una celebración del personaje procedente de los comics de Marvel, y sobre todo de sus 20 años de adaptaciones cinematográficas. En la proyección los seguidores aplauden cada aparición, cada guiño, cada momento icónico.

Para el que escribe, que aprendió a leer con los comics del trepamuros editados por Bruguera, merendaba viendo la esquemática serie de animación de Grantrey-Lawrence, y disfrutó de las distintas adaptaciones cinematográficas (unas más que otras), el hechizo es irresistible, una especie de parque de atracciones nostálgico. Eso tiene su valor y se disfruta. Pero si hablamos de cine, no se pueden pasar por alto ciertos problemas muy graves.

Spider-man: No Way Home parte de la fantástica idea del multiverso, pero da la sensación de que la ejecución de esa idea se ha hecho a toda prisa, con el mínimo de atención a la coherencia narrativa y a un planteamiento cinematográfico.

Así, el guion es un completo desastre, con secuencias potentes, sí, pero hilvanadas por una historia muy forzada en la que las reglas del juego, las motivaciones de los personajes y sus capacidades varían según les venga bien a los guionistas para llegar del punto A al B, personajes aparecen y desaparecen sin explicación alguna, e incluso la resolución es un “porque sí” que no pasaría el corte en cualquier clase de guion.

La dirección de John Watts, como ya pasaba en sus dos películas anteriores de la saga, es plana y anodina. Resulta muy decepcionante que ciertas apariciones de personajes icónicos estén resueltas como si se tratara de un programa de entrevistas televisivo, mientras que en ciertas secuencias de acción la planificación hace muy difícil situarse al espectador y saber qué está pasando.

A eso hay que añadir una buena dosis de humor tonto y anticlimático. Por supuesto que tiene que haber humor en una película de Spider-man (de hecho había una buena cantidad en las películas de Sam Raimi), pero en esta película, como ya ocurría en las dos anteriores, resulta excesivo, fallido y además interfiere en momentos épicos o dramáticos.

A pesar de ello, al menos en esta ocasión se ha equilibrado un poco el tono con ciertos toques dramáticos que sirven de contrapeso, y que además hacen que (¡por fin!) el Spider-man de Tom Holland tenga algo de crecimiento. Se agradece después de tres películas propias y otras tantas con los Vengadores. Aparece nuevamente el leit motif del personaje: el sentido de la responsabilidad más radical, la exigencia de darse a los demás siempre que haya la más mínima posibilidad. Y asociado a ello, el sacrificio personal. Otra idea valiosa y fundamental en la historia es la esperanza irrenunciable en la redención.

Tampoco hay que olvidarse del fantástico reparto, destacando un Willem Dafoe desatado que se merienda sin dificultad a la casi totalidad de villanos del universo compartido de Marvel Studios.

En definitiva, estamos ante la película de las Navidades (al menos desde el punto de vista comercial), de la que van a estar oyendo hablar durante todas las vacaciones, y es por lo tanto una buena opción de plan familiar (si la pandemia lo permite). No es una buena película, pero sí tiene grandes momentos, y es una experiencia nueva en el género y muy entretenida.

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