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The beast

Crítica

Público recomendado: +16

Gabrielle (Léa Seydoux) es una mujer que tiene la viva intuición de que algo horrible va a suceder. Partiendo de un futuro no muy lejado, vemos que se ofrece a un proceso de purificación de su ADN para borrar las trazas emocionales de su pasado, de manera que sea libre de sus emociones a la hora de afrontar su futuro laboral. Comienza así una narración hacia sus vidas pasadas, donde se irá encontrando al amor de su vida, Louis (George MacKay).

Interesante esta producción franco-canadiense de Bertrand Bonello, inspirada en una novela de Henry James sobre la profecía autocumplida de un hombre gobernado igualmente por el miedo irracional a una futura catástrofe. Una cinta sin duda compleja, que el propio cineasta define como “la culminación de numerosas obsesiones formales y narrativas”. La Bestia tiene efectivamente elementos de cine de ciencia ficción, melodrama y cine de terror, sin que podamos terminar de reducirla a ninguno de los géneros. En ella el espectador podrá reconocer formas narrativas que recuerden a David Lynch, Scorsese o Bresson.

Siendo un film complejo y apabullante, el trasfondo resulta particularmente contemporáneo, siendo la cuestión del celibato indeseado la preocupación central de la película. Interesante que Bonello se adentre en el pasado para comprender el presente y nos haga entender cómo la cuestión del deseo abortado se resuelve con las idiosincrasias de cada época, en este caso, 1910, 2014 y 2044. Una ambientación  compleja pero con momentos visualmente lúcidos.

El tono de género de terror de La bestia hace que estemos ante una historia especialmente perturbadora y no recomendable para todos los estómagos. A los cinéfilos les podrá recordar a La edad de la inocencia, pero de una manera mucho más desoladora dentro de las convenciones sociales del 2044 imaginado por Bonello.

Dentro de la complejidad formal y argumental de esta obra, elegida para optar por el León de Oro a la mejor película en el Festival Internacional de Cine de Venecia de 2023, hay una simplicidad temática. Los protagonistas no terminan de encontrarse. Ambos se debaten entre la fuerza del eros y el miedo. Bonello los define como odio y amor, que entiende como dos sentimientos contrapuestos pero concomitantes. La presencia de Léa Seydoux y George MacKay es un acierto, pues dota de pureza y fuerza a estos sentimientos. En ello vemos un cierto reflejo generacional al problema de la soledad y la deshumanización, que sigue siendo sin duda uno de los grandes temas característicos de nuestro cine europeo contemporáneo.

Una película interesante, formalmente valiente y arriesgada, aunque ciertamente pesada. Nos llevará sin duda a la reflexión la hacernos experimentar con crudeza el dolor de la persona incapaz de conectarse en relaciones que hablen de una promesa mayor que él mismo, y donde los signos son símbolos que hablan de un destino espantoso, lejos de cualquier bondad existencial.

Ignacio Álvarez O´Dogherty

https://www.youtube.com/watch?v=Iwq98PXS0Rs

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