Crítica

Público recomendado: +13

Biopic de Gloria Steinem, una de las mujeres mas influyentes del feminismo radical de los 60 y 70 en Estados Unidos, y por ende, en el resto del mundo.

La película dirigida y co-escrita por otra mujer, Julie Taymor (Frida), recoge las andanzas de Steinmen desde su dura infancia hasta su total consagración como líder de NOW (Organización Nacional de las Mujeres, sus siglas en ingles) y una de las principales activistas pro aborto del movimiento.

El guion resulta muy original pues serán cinco actrices las que interpreten a Gloria desde su infancia hasta su madurez, un creíble trabajo de casting, pues todas resultan creíbles por su parecido físico y su energía interpretativa.

Basada en la propio autobiografía de Steinmen, la vemos progresar desde el carromato de su padre (vendedor de antigüedades, viajante y de origen judío), la dura lucha de su madre por sacar adelante a ella y a su hermana tras la separación de sus padres (la madre sufría de crisis nerviosas paranoicas que la mantenían paralizada), sus primeros pasos como periodista, (interesante el periplo como infiltrada conejita de Play Boy, para escribir uno de sus mas conocidos artículos, sobre la condición de las mujeres y el machismo imperante) hasta llegar a ser el Icono internacional del llamado feminismo de Segunda Ola (una generación después tras el feminismo sufragista de la que su propia abuela fue protagonista).

Aunque empieza con fuerza, la película poco a poco va cayendo en los tópicos de un feminismo que, aunque cueste reconocerlo, no supo representar las ambiciones de todas las mujeres. Steinem, Friedan, Butler, Haraway y compañía, se quedaron en unos particularismos, a veces sectarios, muy radicalizados, situando la lucha feminista dentro de la lucha de sexos, emancipándose del matrimonio, y de la maternidad, como si fueran los culpables de su opresión.

Esta visión marxista del feminismo resulta, cuanto menos curiosa. ¿Mujeres manipuladas por ideologías fabricadas por hombres? La construcción de un feminismo que se odia – recordemos la frase de Simon de Beauvoir, “la mujer es un hombre en un cuerpo molesto”-, no ha traído a la mujer más que tremendos dolores de cabeza en el campo de la conciliación familiar.

Y es en todo este batiburrillo, en lo que se pierde la película. Ninguna iniciativa original que descosifique a la mujer como objeto, pues todas ellas fueron arrasadas por la “ola”.

Según esta película, no hay más elección, o ser mujer florero del varón, que le cose los calcetines y le pare sus hijos; o se emancipa del existente y abusivo patriarcado social que la utiliza como muñequita sexual complaciente.

Una nueva película que no contribuye para nada a situar a la mujer en le verdadero papel que nos corresponde, pese a los intentos de visibilización y ruptura de estereotipos por los que muchas mujeres seguimos luchando.