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Three

Three

 Público recomendados: Adultos

¿Tres? ¿Y por qué no cuatro o cinco? Puro experimento de ingeniería sentimental, aderezado con intelectualidad germánica, el que nos propone Tom Tykwer (The International, Dinero en la sombraEl Perfume. Historia de un asesino, Paris, je t’aime, En el cielo, Corre Lola, corre), estrenada en versión original con subtítulos en una única sala de Madrid. Para los “rápidos” de juicio, esta alusión no desmerece a priori ningún estreno porque ya le pasó lo mismo a aquella portentosa “Amazing grace”, en idénticas condiciones que Trhee, pero en ésta lo que se ventila es bien distinto.

El cartel de la película es explícito (vemos acostados juntos a dos hombres y una mujer), por lo que parece servir a las intenciones del director; esto es, plantear un nuevo tipo de relación sentimental estable. En la película, no existe el propósito de ver el recorrido de los personajes hasta adecuar en sus vida este nuevo proyecto vital, y lo que sí nos muestra profusamente son las relaciones genitales que mantienen, primero a pares y luego para acabar felizmente en comandita.

Hanna (Sophie Rois) y Simon (Sebastian Schipper) cumplen veinte años de una relación aburrida a la par que intelectual –como nos muestra Tykwer- y buscan emociones para salir del marasmo por el que trascurren sus respectivas vidas. Mientras operan de urgencia a Simon de un cáncer de testículo, Hanna no se entera de este suceso (¿dónde está su móvil?) y se marcha al fútbol, donde se encuentra con un contacto profesional, Adam (Devid Striesow), con el que inicia relaciones. Sin recibir ningún reproche de Simon por la inasistencia de su novia en los primeros momentos de su intervención quirúrgica, ésta le visita en el hospital al tiempo que continuará repitiendo los encuentros con Adam. Este, a su vez, conoce días posteriores al recuperado novio de Hanna en la piscina, con el que comienza una relación homosexual, otra más que combina este bisexual de sonrisa amigable al que no parecen afectarle ninguna cuestión, pues conserva un equilibrio mirífico en todo momento.

Conflictos personales: mínimos, y ninguno que pueda recibir ese nombre con propiedad, y cuando la cosa avanza –como ya nos anuncia el cartel- hacia el trío, Tykwer se desmarca con otro salto mortal en el que los personajes aparcan sin tensiones sus “trasnochados” prejuicios morales, y en un abrir y cerrar de ojos terminan de acoplarse como Dios los trajo al mundo, con embarazo de Hanna inclusive, en lo que parece un anuncio naturista de diseño o portada de revista bisexual (ya van apareciendo).

Tykwer es también compositor y su banda sonora y algunas partes del montaje son lo más interesante del filme, trufado desde su inicio de un inmanentismo en los personajes por el que vacían el lenguaje de contenido (continuas paradojas expuestas desde las primeras imágenes) para recrearlo de nuevo en una carrera tan alocada como teórica en la que plantean relaciones de contrarios, en la que quedan barridos la expresión de cualquier sentimiento humano y, por tanto, los argumentos con los que se expresan habitualmente.

La mentira de Trhee está machaconamente aquí, en este sutrato, y tanta genitalidad visionada hace más transparente percatarse de dónde está la gran trampa y de por qué cuatro o cinco relaciones simultáneas, siempre son posibles porque se basan en contactos de cuerpos, sin  más.

Enrique Chuvieco

 

 Ficha técnica:

 Three (Alemania, 2010)

Mayores 18 años

Dirección y guión: Tom Tykwer. 

Interpretación: Sophie Rois (Hanna), Sebastian Schipper (Simon), Devid Striesow (Adam) Producción: Stefan Arndt.

Duración: 114 min.

Género: Tragicomedia 

 

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