Público recomendado: Adultos
Sabemos que en To the Wonder ocurren muchas cosas, pero nosotros no las vemos. Terrence Malick sólo nos permite acceder a las emociones y las reflexiones que estas cosas provocan en la mente de los protagonistas. Y habitar conciencias ajenas es una experiencia desconcertante, hipnótica, fascinante y bastante parecida a montar demasiado tiempo en una montaña rusa – sensaciones que pueden resumir las reacciones de los espectadores al salir del cine.
La historia que sirve de esqueleto para la película, la primera del autor que se sitúa en la época actual, es la del amor del americano Neil por la europea y soñadora Marina, madre de una hija que lleva consigo a EE.UU para seguir a Neil de vuelta a casa. Su relación no echa raíces y madre e hija vuelven a París, mientras él se reencuentra con una conocida de la infancia con la que comienza a surgir el amor. Sin embargo, Neil conoce la precaria situación de Marina y le ofrece instalarse de nuevo en América, casándose para obtener el visado. Alrededor de estas personas, el Padre Quintana pasa “la noche oscura del alma” mientras lleva a cabo su ministerio en constante oración, con el deseo de ver de nuevo a Cristo.
El personalísimo estilo del director, estudioso de Heidegger y profesor universitario cuando no dirige cine, no es para todos los gustos. En la línea expresiva de su anterior trabajo, El arbol de la vida, Malick explora el mundo interior de sus personajes con planos llenos de poesía y una profundidad antropológica difícil de encontrar en el panorama cultural actual. Cada minuto, destilado después de dramáticas amputaciones para reducir la primera versión de varias horas a dimensiones aptas para la distribución, está cargado de sentido y simbolismo. Todos los detalles cotidianos adquieren un peso extraordinario que, para quien no comparta esa sensibilidad, puede resultar un ritmo cargante. Sin embargo, para el espectador paciente y esteta puede ser una gran experiencia.
El director ha aplicado su particular método de dirección de actores, centrándose en las emociones antes que en el diálogo (no contaban, de hecho, con guión en la mayoría de las escenas) y el efecto es, en ocasiones, una interpretación tan sentida como críptica. Destaca el trabajo de un Bardem lleno de talento como Padre Quintana, contenido y, sin duda, el más creíble. Por su parte, la inexpresividad de Affleck y la sobreabundancia de Kurylenko no terminan de crear personajes convincentes.
Centrándose en las formas y las fases del amor, el director explora los límites del corazón del hombre, topándose con su incapacidad ante la promesa de felicidad que es la persona amada. Vale la pena subrayar la forma explícita y respetuosa con la que Malick trata la fe católica y su capacidad transformadora para la vida del hombre, así como su profunda comprensión de los mecanismos de la fe.
Lupe de la Vallina
Ficha técnica:
(To the Wonder, EE.UU 2012)
Dirección: Terrence Malick
Interpretación: Ben Affleck (Neil), Olga Kurylenko (Marina), Rachel McAdams (Jane), Javier Bardem (Padre Quintana).
Duración: 112 min.
Género: Drama.