Crítica
Público recomendado: Todos
La última película de Raoul Walsh no fue sólo su último western, sino uno de los mejores de toda su carrera. Con un toque poético y crepuscular, mezcla escenas de acción con otras melancólicas llenas de una riqueza plástica y una belleza inusual, algo que fue un común denominador en muchas de sus películas (Los violentos años veinte, Murieron las botas puestas, Objetivo: Birmania, Tambores lejanos, El mundo en sus manos, Un rey para cuatro reinas) y que aquí cobra una grandeza especial constituyéndose en uno de los más desconocidos y redondos western de la historia del cine en el que, como en los más memorables de John Wayne, el papel de la mujer cobra un papel de poderosa fortaleza e importancia.