Crítica:
Público recomendado: Jóvenes
Llama la atención la elección de los directores suecos Måns Mårlind y Björn Stein para la dirección de una película, en principio, tan poco estimulante como Underworld 4. El despertar. De hecho, aquí reside el mayor e imprevisto acierto de esta nueva secuela de la saga iniciada por Len Weisman allá por el año 2003. Weisman -a quien alguien en Hollywood debe de ver como el perfecto reciclado para el cine de acción de los 80, pues dirigió La jungla 4.0 y ahora prepara un remake de la impecable Desafío total de Paul Verhoeven- fue el encargado de dirigir las dos primeras entregas de la serie y posteriormente, se ha reservado, como mínimo, un crédito de productor para no perder un céntimo de las posibles ganancias que las sucesivas secuelas puedan generar. Underworld. La rebelión de los licántropos fue dirigida por el experto en efectos especiales Patrick Tatopoulus y quizá por esto, sea la peor de todas.
Por esta razón, la elección de Mårlind y Stein como directores de esta nueva secuela resulta significativa. Es como si sus máximos responsables no se resignaran a que la serie Underworld terminara en las estanterías de los videoclubs sin opción a su exhibición en las salas comerciales, y se empeñaran en revitalizar una saga que, quien iba a imaginar, encontraría en su cuarta entrega uno de sus mejores exponentes. Mårlind y Stein, forjados en la televisión sueca, se dieron a conocer internacionalmente con el drama de corte fantástico Storm (2005) y posteriormente dieron en salto a Hollywood con la interesante aunque desigual La sombra de los otros (2010). Mårlind y Stein, por tanto, provienen del género fantástico y no del cine de acción y esto es importante.
Tal vez por esto, aunque Underworld 4. El despertar sea un festín de piruetas, peleas, disparos, monstruos y efectos especiales, el film de Mårlind y Stein se deje ver con agradecida simpatía. Seguramente porque Mårlind y Stein, conocedores del material que tenían sobre la mesa, decidieron extirparlo de cualquier tipo de falsa trascendencia (muy presente en las anteriores entregas) y convertirla en un mero producto de acción, terror y fantasía. De esto modo, consciente de lo que es, y sin tratar de ofrecer más de lo que es, Underorld 4. El despertar se convierte en el perfecto encefalograma plano, bien filmado y con la duración justa (88 minutos) para que el respetable en la sala no empiece a sospechar que se le está tomando el pelo.
De modo que Underworld 4. El despertar, no es que sea una película particularmente recomendable. Es un film hecho para los fans del cine fantásticos, y aún más para los fans de los vampiros y los hombres lobo, y más aún, para los fans de la saga Underworld. El resto, si un día nos la tropezamos por la televisión y decidimos verla, tal vez y solo tal vez, no tengamos la sensación de haber tirado por la borda nuestro precioso tiempo. Lo cual, viniendo del tipo de película que viene, no es poco. Créanme.