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Venganza bajo cero

Caratula de ""

Crítica

Público recomendado: Jóvenes y Adultos

Los remakes estadounidenses de las películas de los países nórdicos no se hacen esperar. El cine de Lars von Trier, Thomas Vinterberg, Lasse Hallström, Tomas Alfredson; la saga de películas de los casos del Departamento Q, los dramas psicológicos de Joachim Trier… Los fríos parajes nórdicos guardan bajo su hielo una impenetrable coraza de acero, a la hora de abordar
ciertos temas o componer relatos perturbadores: Headhunters, imparable ejercicio de violencia in crecendo; el policiaco Insomnia, del que Nolan se encargó de americanizar con bastante elegancia… A pesar de insistir en el tema, el cine estadounidense sufre de una enfermedad que lo está corroyendo de forma imparable: el mimetismo a la hora de crear y producir obras audiovisuales, de las que se extrae la esencia para hacerlo más “accesible” al público. De ahí que estemos siendo bombardeados de remakes, live actions, reboots, secuelas… Gracias a pequeñas productoras como A24 o Annapurna, o distribuidoras españolas como A contracorriente, Avalon, Apache Films, etc., en España tenemos la oportunidad de
disfrutar de películas que de otra forma ni conoceríamos. Ahora nos llega, de la mano de A Contracorriente Films, Venganza bajo cero: remake estadounidense dirigido por el mismo director que la versión original Hans Petter Moland, y protagonizada por Liam Neeson. Decir que el la premisa cumple con creces es poco: un humor negrísimo, empapado de una dosis de
acción que componen un sólido ejercicio pulp que maravillará a los amantes de la adrenalina.

La trama: Neeson es un empleado que se dedica cada día a liberar las rutas con una máquina quitanieves, sin embargo todo cambia el día que su hijo es asesinado por unos traficantes en el aeropuerto local. Lo que sigue puede intuirse: Neeson lleva varios años siendo el héroe de acción de multitud de films que dan lo que prometen. Este no se queda corto: unas dosis de Venganza y unas gotas de un terrible humor que remite de forma directa a los films de los Coen, más concretamente a Fargo. La película no deja de pertenecer al subgénero “a Neeson le has tocado la moral y ahora él te va a tocar a ti”, con un desparpajo políticamente incorrecto que remite a las antiguas producciones de Orion Pictures, incluso con la vitalidad amoral de un
William Friedkin, recién salido del rodaje de Vivir y morir en Los Ángeles. Es verdad que el paso de los años pesan y como Liam Neeson no cambie un poco su imagen, podría acabar siendo un personaje caricaturesco que inspire más gracia que impacto (como ver a un Sean Connery en el remake de Operación Trueno, Nunca digas nunca jamás ejerciendo de 007; imposible
tomárselo en serio). A pesar de todo, sigue cumpliendo con las expectativas generadas.

Técnicamente muy lograda, con algunas coreografías muy trabajadas y un extraño sentido de la parodia que la convierte en algo distinto a la típica película de acción sin más, aportando al género un curioso equilibrio entre las galletas que reparte Neeson y las “desgracias de la naturaleza”. En resumen: una buena película de género, que se sale de las normas, arriesga y gana. Neeson en plena forma, dando a sus fans lo que quieren y de la mejor manera. Cine pulp, desprejuiciado, políticamente incorrecto y juguetón que da lo que promete y mucho más.

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