Críticas

Público recomendado: +18

Una serie de historias, que transitan entre el humor negro y el absurdo, se entrelazan en la comedia del director donostiarra Aritz Moreno (Portal mortal, ¿Por qué te vas?, Cólera), en la que intervienen, entre otros, Luis Tosar, Pilar Castro, Héctor Alterio, Quim Gutiérrez y Belén Cuesta.

Esta película es una adaptación de la novela del escritor Antonio Orejudo, sobre su novela homónima, en la que Helga Pato (Pilar Castro: Días de fútbol, Los dos lados de la cama, Gente de mala calidad…) es una editora de libros a la que, en medio de un viaje en tren hacia Madrid, su compañero de asiento la aborda con una propuesta un tanto extraña: “¿Le apetece que le cuente mi vida?”. El desconocido en cuestión resulta ser Ángel Sanagustín (Ernesto Alterio: Muertos comunes, Entre nosotros, La montaña rusa…), un psiquiatra experto en trastornos de personalidad. El terapeuta, además, trabaja en la misma clínica psiquiátrica en la que Helga se ha visto obligada a internar a su marido, debido a unos planteamientos persecutorios de este en la forma de tratarla. Sanagustín, que se encarga de investigar los trastornos de personalidad a través de los escritos de los pacientes, relata a Helga la delirante historia del peor caso al que se ha enfrentado jamás, el de un enfermo paranóico llamado Martín Morales de Úbeda (Luis Tosar: Las vidas de Celia, Casual Day, También la lluvia…), uno de sus pacientes más peligrosos, que estaba obsesionado con la basura como instrumento de control. Esta macabra historia marcará irremediablemente el futuro de Helga Pato y de todos los personajes involucrados en la trama, que incluirá giros de guion y revelaciones asombrosas. Un laberinto en el que la realidad y la ficción se entrelazarán hasta completar un complejo e hilarante caos, en el que el Thriller, el drama, el gore y la comedia negra son los protagonistas.

Por el planteamiento de las tres historias y personajes, que pululan en los algo más de 100 minutos de metraje, en el guion de Javier Guillón sobre el libro de Orejudo aludido más arriba, Ventajas de viajar en tren adopta el perfil de un experimento psicológico al que se prestan los personajes para conceder a una cierta locura el timón de sus vidas. A veces el embrollo se acrecienta y se corre el riesgo de descentrar el filme con el consiguiente despiste para el espectador.

En uno de los relatos, el que tiene a Emilio (Quim Gutiérrez: Traumalogía, Una hora más en Canarias, Los últimos días…), como protagonista, en el que observamos un planteamiento más explícito de denuncia hiperbólica del machismo en grado extremo en la relación de este con su mujer, que ella acepta hasta “explotar”.

Aunque como se dijo anteriormente sobre algunos aspectos del guion, que restan claridad a algunas secuencias, Áritz Moreno obtiene de sus intérpretes una buena conjunción con las historias encadenadas que nos narra, refrendada por un montaje pertinente en la mayor parte del metraje.

En el guion se han incluido también algunas secuencias de sexo, no abiertamente explícito en lo formal, pero sí subrayado en varias ocasiones.

Ventajas de viajar en tren es un acercamiento al mundo de las esquizofrenias y trastornos de la personalidad en nuestra sociedad, temática al que el cine español no le ha dedicado apenas filmes y que el que nos ocupa puede romper esta tendencia hasta la fecha.