Jersey Boys 
Público recomendado: Adultos
Después de tres años (J. Edgar se estrenó en 2011), el octogenario y prolífico Clint Eastwood regresa a la gran pantalla con Jersey Boys, la adaptación cinematográfica del musical de Broadway sobre los cuatro chicos de Nueva Jersey que formaron la icónica banda de rock de los ’60, “Frankie Valli y los Four Seasons”, intérpretes de canciones tan célebres y eternas como “Sherry”, “Big girls don’t cry” o “Can’t take my eyes off you”.
Aunque es su primera incursión estricta en el género lo cierto es que la música, especialmente el jazz y el blues, es una de las grandes pasiones de Clint Eastwood y así lo ha reflejado a lo largo de su trayectoria cinematográfica: en los ochenta dirigió y protagonizó El aventurero de medianoche, que narra las vicisitudes de un moribundo cantante de country y tambiénrealizó el biopic Bird, en torno a la leyendadel jazz Charlie Parker; ha sido compositor de la banda sonora de algunas de sus películas, tales como Mystic River (2003), Million Dollar Baby (2004), y Banderas de nuestros padres (2006); e incluso podemos oírle cantar en El aventurero de medianoche y, más recientemente, junto a Jamie Cullum en el tema principal de Gran Torino (2008).
Eastwood se centra en trazar los orígenes del grupo y sus actuaciones clave, con la música como valor añadido y como compañía más que como vehículo que impulse la narración. Seguimos a sus personajes a lo largo de varias décadas e incluso, al más puro estilo de Woody Allen que nada tiene que ver con el clasicismo al que nos tiene acostumbrados, el director permite que estos rompan la llamada cuarta pared y narren la historia mirando a cámara. No obstante, este recurso no sólo no nos acerca a los entresijos del grupo y la intimidad de los personajes, sino que más bien genera cierta distancia y excesiva sensación de ficción. La película describe sus luchas, sus triunfos, sus problemas personales, pero no llega a desvelar las auténticas motivaciones de los personajes. Frankie, Tommy, Nicky y Gaudio nunca llegan a parecer las personas de carne y hueso que se supone representan.
El principal error de reparto es quizás contar con el mismo actor protagonista que en el musical de Broadway. John Lloyd Young, ganador de un Tony en 2006 por el mismo papel de Frank Valli, repite en la adaptación toda la artificialidad que en el teatro funciona y que en el cine desentona, contribuyendo de nuevo a no conectar con la historia ni con su protagonista. Por otra parte, el veterano Christopher Walken sí que destaca en su espléndido papel de mafioso “mentor” de Valli y del grupo (lástima que no se explote aún más su presencia). Igualmente, Mike Doyle como el productor del grupo Bob Crewe, aunque a veces resulte demasiado paródico, actúa como un perfecto alivio cómico para la trama.
Por todo ello, sin duda, Jersey Boys no es una de las grandes películas de Clint Eastwood, un director que precisamente ha destacado -siempre pero especialmente en los últimos veinticinco años- en la sublime representación de dramas humanos universales (Los puentes de Madison, Million Dollar Baby o Gran Torino por recordar algunos). Sin embargo y afortunadamente, gracias a los grandes éxitos que la película despliega y al número musical de los créditos (merece la pena quedarse al final para verlo), la que podría haber sido una película más que mediocre se transforma en un nostálgico y placentero viaje capaz de hacer pasar por alto todo lo anterior.
Larissa I. López
Ficha técnica:
Jersey Boys (USA, 2014).
Duración: 134 min.
Género: Biopic, drama, musical.
Dirección: Clint Eastwood.
Guion: Rick Elice y John Logan; basado en el musical homónimo.
Interpretación: Christopher Walken (Angelo “Gyp” DeCarlo), John Lloyd Young (Frank Valli), Vincent Piazza (Tommy DeVito), Erich Bergen (Bob Gaudio), Michael Lomenda (Nick Massi), Mike Doyle (Bob Crewe), Renée Marino (Mary), Erica Piccininni (Lorraine).