Cuando te encuentre 
Público recomendado: Adultos
Durante su tercera misión en Iraq, un joven soldado estadounidense llamado Logan Thibault (Zac Efron) encuentra, medio enterrada entre los escombros, la fotografía de una joven sonriente. No la conocía, pero el reflejo del sol ardiente sobre sus ojos le había llevado a acercarse hacia ella. Justo en el momento de cogerla se salva de una muerte segura. A partir de entonces desarrolla una extraña sensación de agradecimiento, que le sostendrá en medio de una guerra, donde todo es inhumano y desalentador. Se da cuenta de que encontrar esa foto, de que tener un tú al que poder dirigirse, aunque sea un tú desconocido, cambia completamente su actitud en la guerra y ante los fantasmas de su interior. Esto supone un cambio tal que aflorará en él la necesidad imperiosa de darle las gracias a esa joven rubia, que sin saberlo, le ha cambiado la vida.
Al volver a los Estados Unidos los recuerdos de la guerra le acosan constantemente y no consigue encontrar la paz consigo mismo. Por ello decide hacer un largo viaje a pie para conocer, cara a cara, a esa misteriosa joven de la foto, quizás motivado por la intuición de que pudiera haber sido el destino el que los uniera. De esta manera comienza a peregrinar a un lugar concreto y hacia un momento concreto, en el que parece haber depositado toda su esperanza, justo cuando para él todo podría cobrar algún sentido, es decir, cuando se encuentren.
Una vez más Hollywood quiere continuar la franquicia Nicholas Sparks, autor de exitosas novelas románticas llevadas al cine como El Diario de Noah, Mensaje en una botella o Querido John. La franquicia, en términos empresariales, podría definirse como la concesión de los derechos de explotación de un producto, actividad o nombre comercial. Pero toda concesión, toda franquicia, se basa en un éxito previo que es exportable. Claro que para ello debe reconocerse con precisión por qué un producto ha resultado ser un éxito en el pasado. De lo contrario podríamos “copiar” los elementos equivocados o no contar con alguno fundamental. Pues bien, tras el resultado cinematográfico de Cuando te encuentre podemos decir que para ser un éxito no basta con que la historia esté basada en una novela de N. Sparks. Hay que prestar atención a otros factores también vitales que han llevado a Cuando te encuentre al cajón de películas sensibleras y fácilmente olvidables. No obstante, existen diferencias, algunas sustanciales, con respecto a la novela de Sparks. Y tratándose del popular autor de El Diario de Noah, quizás requiera cierto análisis más atento.
Vayamos por partes. En cuanto a la técnica todo se resiente por estar al servicio de un guión melifluo y sin consistencia, básicamente porque arrincona los conflictos de los personajes y permite unos diálogos que más que conmover, rozan la risa fácil por su inverosimilitud. Y claro, descuidar el guión es descuidar la estructura de toda obra narrativa. Sin embargo, la fotografía y la música sobresalen generando la ambientación necesaria para unas interpretaciones en general bastante correctas, debido probablemente a una buena dirección de actores por parte del australiano Scott Hicks (Sin reservas, 2007). Como personajes a señalar: la abuela de Beth, (Ellie Green), y el personaje del sheriff (Keith Clayton) que aunque construido este último torpemente, parece intuirse un cierto camino de deseo de redención. Esperemos que Zac Efron consiga con este papel, abrirse aunque sea milímetro a milímetro, una nueva etapa en su carrera profesional en donde predominen las interpretaciones dramáticas.
En definitiva nos encontramos con una película insulsa y fallida, que, a pesar de todo, nos sirve para acercarnos a dos temas comprometidos que han acompañado al cine desde que es arte. Por un lado, el cine como educador, referente para los jóvenes y transmisor de imágenes conductuales, especialmente en lo que a relaciones afectivas se refiere, de manera que el joven va corrigiendo el rumbo de sus primeras relaciones “reales” en torno a lo que sus personajes “no reales” preferidos le han ido contando. Estas imágenes condicionan las relaciones interpersonales de jóvenes y adultos hasta límites que deben ser desvelados con cautela. Y como segundo tema, íntimamente ligado al anterior, el cine no suele detenerse a contar historias de amor más allá del enamoramiento inicial. Salvando un gran porcentaje de películas, bien descritas y desarrolladas, la tendencia general es a descuidar las distintas etapas de una pareja, centrándose en la inicial y mostrando flashes reducidos y confusos de las otras. Ambos temas, requieren por sí solos, como mínimo, varios párrafos tan sólo para su exposición. Por lo que en esta crítica, tan sólo los mostraré como torero que a varios metros del toro ondea su capote captando la atención de un toro que juguetea con el albero. Espero que dentro de poco podamos, tras una nueva corrida, obtener al menos una oreja en el empeño.
Ficha técnica:
The Lucky One.
USA, 2012.
Duración: 101 min.
Director: Scott Hicks.
Guión: Will Fetters (Novela: Nicholas Sparks).
Intérpretes: Za c Efron (LoganThibault), Taylor Schilling (Beth Green), Blythe Danner (Ellie Green), Riley Thomas Stewart (Ben), Jay R. Ferguson (Keith Clayton).
Género: Drama romántico.