Dictado 
Público: Jóvenes y adultos
Los especialistas afirman que los sucesos de la infancia nos marcan en parte de las acciones de adultos. Hay quienes van más allá y dicen que “definen” nuestros patrones principales de comportamiento. Estos últimos ningunean nuestra libertad y nos reducen en la praxis a máquinas, como mucho sofisticadas, olvidándose que tienen cabida y cuenta mucho más nuestro anhelo de reconciliación con nuestro pasado y la necesidad de perdón que nos constituye.
Sobre esto y sobre las heridas primigenias que se quieren tapar, también en la relación de pareja, convirtiéndola en una pretendida relación equilibrada, nos hace reflexionar Dictado, la última película del director y guionista catalán Antonio Chavarrías (Las vidas de Celia, Volverás, Susanna y Manila, entre otras).
El pasado retorna a Daniel (Juan Diego Botto) cuando un día Mario (Marc Roriguez) le va a buscar al instituto donde imparte clases para rogarle que hable con su hija Julia (Mágica Pérez) y explicarle lo sucedido cuando ambos eran niños y contemplaron como un accidente acabó con la hermana de Mario, de la que Julia parece su “transmisora”. Daniel escurre el bulto y recrimina a Mario su pretensión, máxime cuando el suceso ocurrió en su niñez y no se habían vuelto a ver desde entonces, y le aconseja que hable con un psiquiatra.
La vida es testaruda y algo tan contundente como aquel suceso que vivió Daniel pondrá a prueba su aparente equilibrio emocional. Era su oportunidad de hacer cuentas con aquello, esta vez en compañía de su novia, Laura (Bárbara Lennie). La situación cristaliza cuando se enteran por la prensa del suicidio de Mario y de la consecuente orfandad de Julia, en la que Laura aprecia un signo que puede dar respuesta viable a su maternidad, frustrada por cuestiones físicas. Daniel accede a los requerimientos de ella y acogen temporalmente a Julia hasta que aparezca algún familiar que la reclame. La niña es un encanto y va cogiendo el corazón de Bárbara al tiempo que hace alusiones “extrañas” a Daniel que minan su confianza.
Les adelanto que no se trata de una película de “niña poseída”, aunque tenga buenas dosis de suspense. Plantea inteligentemente cuestiones habituales de la vida de las personas, como son los traumas infantiles que constituyen muchas de nuestras incapacidades maduras. Podemos mirar para otro lado, como intenta hacer el profesor, pero es inútil; están ahí como esos icebergs dispuestos a tumbar nuestros “titanics” particulares. Mirarlos, abordarlos, solucionarlos y compartirlos son el camino de la liberación: aunque no sea fácil, sí es sanador y el único posible para llegar a perdonarnos como Dios nos perdona siempre.
Chavarrías, en su filme, no llega a plantear la existencia dela Misericordiadivina pero sí subraya la necesidad de recibir el perdón de los demás para llegar a acoger nuestra fragilidad anterior y presente.
El director catalán, que saca buenas interpretaciones a sus actores y descubre a un nuevo talento infantil en Mágica Pérez, desvela sutilmente el apego a nuestra imagen en la que no hay cabida para las heridas profundas pero sí para fragilidades negociadas con los más próximos, especialmente la pareja, que salvaguarden nuestra independencia. En suma, protegernos y sortear en soledad nuestro mar de icebergs nos impide reconocer que sería más satisfactorio y acabaría con nuestra ansiedad compartir nuestros cristales rotos. No perdemos la autonomía por dejarnos mirar las heridas por los que nos quieren, ya que estos viven las suyas, ¿o es que aspiramos más a la autonomía que al amor como refrenda machaconamente nuestra cultura?
En fin, Dictado va más allá de su envoltorio de filme de suspense psicológico y plantea cuestiones contadas con buen ritmo cinematográfico que nos atañen, sobre quiénes somos y de qué estamos hechos. Y, aunque algunas de sus respuestas se queden cortas o sean trágicas, al menos se apuntan, por lo que merece la pena verla, aunque haya que buscarla con lupa en la cartelera (en Madrid, en cuatro salas). Paradojas del cine patrio.
Enrique Chuvieco
Ficha técnica:
España, 2012
Dirección: Antonio Chavarrías
Interpretación: Juan Diego Botto (Daniel), Bárbara Lennie (Laura), Nora Navas (Beatriz), Mágica Pérez (Julia), Marc Rodríguez (Mario), Ágata Roca (Luisa), Cristina Azofra (Clara)
Duración: 95 minutos
Género: Drama, suspense