Holy motors 
Público recomendado: Adultos
El cine francés nos trae una nueva propuesta de tintes intelectuales, tras los últimos éxitos cosechados en España, con las entrañables Intocable, Las nieves del Klimanjaro y Profesor Lazhar, por citar algunas. Regresa de la mano del realizador Leos Carax (MauvaisSang, Les Amants Du Pont Neuf, Pola X) con Holy motors, película con pretensiones sobre cómo encontrar nuestro yo original, sepultado en mil argucias psicológicas, pero que yerra el tiro por falta de un enfoque más claro que el que planteado en el guión, también, del propio Carax.
El realizador galo, que cuenta también con un pequeño papel al inicio de la cinta, obtuvo los premios de Mejor Película, Mejor Director y otros galardones en el último festival de Cine Fantástico de Sitges.
El señor Óscar (Denis Lavant) comienza su extraño, y cotidiano, trabajo despidiéndose de su mujer y sus hijos a las afueras de París. Pronto tendrá la primera cita del día para la que se disfrazará de mendiga para “vivir” las emociones que le depara ese papel. A esa actuación le seguirán otras, como ser un ninja cibernético en un local privado y hacer el amor muy explícito con una elástica mujer enmascarada, enfundada en plástico, o ser un salvaje que se mueve por las alcantarillas de la capital francesa. Hasta la noche, no paran sus interpretaciones, hora como asesino a sueldo o padre que se relaciona con una hija acomplejada.
Son todas actuaciones en las que intenta revivir para sí y para sus jefes situaciones, unas cotidianas y otras límite, con las que cree recrear cierta belleza en la autenticidad que emana de los sentimientos en liza. Uno tiene la sensación de que Holly Motors quiere elevarse del ámbito comercial planteando cuestiones muy sesudas con un guión que no responde a tan amplios vuelos.
Al final, la extrañeza por lo que se nos cuenta es directamente proporcional a la incoherencia del planteamiento, y los 115 minutos de metraje resultan insulsos en cuanto a apuntar respuestas y preguntas que persigan alguna dirección.
Su inconsistencia antropológica, no es óbice para que asistamos con cierta fruición (tal vez se esa provocación la que intenta, sin más, Carax) a un conjunto de sucesos, debido a la actuación nada convencional del camaleónico señor Óscar en sus diversos encargos.
Destaca la interpretación de Denis Lavant, de una buena banda sonora y de las bellezas ornamentales de Eva Mendes, sobre todo, y la cantante Kylie Minogue, que no son ganchos suficientes para que su estreno se haya circunscrito a tres salas en Madrid en versión original.
En suma, una cinta de altas vuelos psicológicos que descarrila en un guión incongruente.
Enrique Chuvieco
Holy Motors (Francia y Alemania. Año: 2012)
Dirección y guion: Leos Carax
Interpretación: Denis Lavant (Sr. Oscar / el banquero / la mendiga / Sr. Merde / el acordeonista / el especialista en motion capture / la víctima / el moribundo / el hombre de la casa), Eva Mendes (Kay M.), Kylie Minogue (Eva / Jean), Édith Scob (Céline), Élise Lhomeau (Léa / Élise), Jeanne Disson (Angèle), Michel Piccoli
Duración: 115 min.
Género: Drama, fantástico