La tortuga roja
Movie Details
Crítica:
Público recomendado. Familiar
Un náufrago llega una isla desierta. Tras muchos desesperados intentos por escapar, descubre a una misteriosa tortuga roja que cambiará su vida.
Michael Dudot de Wik es un animador, ilustrador y director de cine holandes con una ingresante trayectoria en el mundo de la animación. Sus principales trabajos son dos cortometrajes ganadores de muchos premios. El monje y el pez de 1994 con el que ganó en Cannes al mejor corto de animación, y Padre e hija de 2000, con el que ganó el Oscar ese mismo año.
Fue este el último trabajo el que le permitió conocer a Isao Takahata quien, junto a Hayao Miyazaki, representa lo mejor del cine de animación mundial. Takahata además de proponerle distribuir su trabajo Padre e hija, le propuso realizar para los estudios Ghibli su primer largometraje, todo un espaldarazo internacional pues dichos estudios recogen los mejores trabajos de la animación, no sólo japo, si no de cualquier nacionalidad.
El director propone en esta película, pausada y nostálgica, lo mejor de su carrera con una belleza cercana a la contemplación. Algo más de hora y media de música y sonidos (la cinta no tiene un solo diálogo). Es un sutil viaje que anima a la contemplación y al asombro del descubrimiento de la sencillez.
Poesía fílmica repleta de imágenes sugerentes no exentas momentos trágicos, como la vida misma.
El carácter nostálgico de la cinta no riñe con momentos de sonrisa y ternura, sobre todo de la mano de los acompañantes silenciosos del solitario náufrago, un grupo de cangrejos que hacen de catarsis cómica.
La película parece ser el recorrido por el ciclo de la vida en un ambiente extraño y a veces desolador, pero que sin embargo repleto de creatividad e imaginación. En palabras del propio director “Es el anhelo de algo que parece inalcanzable. Un deseo profundo y silencioso. Para un artista esto puede ser una búsqueda de la perfección, de un ideal en música, dibujo o poesía…”
Sin duda alguna una delicia para los sentidos. Te esponjará el alma.