Miel de naranjas 
Público recomendado: Jóvenes
Hay un reproche constante por parte de los detractores del cine español quejándose de que se hacen muchas películas sobre la Guerra civil y la posguerra. El problema no es tanto que se hagan muchas. El problema es que, por lo general, no son buenas. Un tema tan apasionante como la Guerra civil y su posguerra, en las que todos tenemos algún familiar implicado de una u otra forma, de las que hemos oído tantas historias sorprendentes y maravillosas por boca de nuestros familiares, en libros y documentales, daría para que Steven Spielberg tuviera guiones para rodar hasta el final de sus días. Historias de perdón, de fugas, de traiciones, de familias divididas por la guerra, de venganzas enmarcadas en nuestra guerra llevadas a la pantalla deberían despertar muchísimo nuestro interés. Deberíamos estar esperando cada año una nueva película de lo que podría ser un subgénero extraordinario como lo era el de la Segunda Guerra Mundial en el cine americano de los años cincuenta y sesenta, principalmente. Sin embargo lo que nos encontramos es con un hastío generalizado del espectador español ante este tipo de títulos y con una sensación de que ya sabe lo que se va a encontrar.
El director Imanol Uribe no dirigía un largometraje de ficción desde La carta esférica en 2007, adaptación de la novela de Pérez-Reverte. Tuvo sus mayores éxitos en la década de los noventa con Días contados, Bwana y Plenilunio.
La historia se desarrolla en los años 50 en Andalucía. Carmen consigue a través de su tío Eladio que su novio Enrique preste el servicio militar en el juzgado de la ciudad. Enrique trabajará para el juez Eladio, un hombre tiránico y cruel y, al ver las injusticias del régimen franquista, decide pasar a la acción y unirse a un grupo de resistentes.
La película tiene el acierto de centrarse más en la trama de espionaje que en el aspecto histórico, por lo que, aun siendo maniquea, no lo es tanto como otras que se han estrenado recientemente sobre el mismo tema. El guión peca de demasiada simplicidad y no acaba de profundizar en los personajes. No consigue implicar al espectador en lo que está pasando y esa frialdad general del texto es lo que hace que la película no se sostenga. Todo da la sensación de que es correcto, de que las piezas están en su sitio, pero de que es imposible que te emocione. Sólo hay una escena que destaca por encima del resto y que escapa a esa sensación, es la que protagonizan Eduard Fernández y Carlos Santos casi al final, y es extraordinaria. Nos recuerda cómo en la Guerra civil y posguerra se enfrentaron en muchos casos hermanos y amigos cumpliendo con lo que pensaban que era su deber. Es, sin duda, lo mejor de la película junto con las actuaciones de casi todo el elenco actoral, en el que destacan los dos citados, Karra Elejalde, Bárbara Lennie y José Manuel Poga. El dúo protagonista formado por Blanca Suárez e Iban Gárate, sin embargo, no acaba de transmitir la química deseada.
Ezequiel de Diego
Ficha técnica:
(España, Portugal. 2012)
Dirección: Imanol Uribe
Interpretación: Blanca Suárez (Carmen), Iban Garate (Enrique), Karra Elejalde (don Eladio), Ángela Molina (María), Barbara Lennie (Ana), Eduard Ferenández (Vicente), Fernando Soto (don José), Nora Navas (Miel), Carlos Santos (Ramos), José Manuel Poga (Leopoldo), Marcantonio del Carlo (Miguel)
Duración: 101 min.
Género: Drama. Histórico. Thriller.