Como continuación de El Hobbit: un viaje inesperado, en esta segunda parte de la trilogía de El Hobbit, nos enfrentamos a nuevas aventuras junto a Gandalf, la compañía de los enanos y nuestro querido Bilbo Bolsón. Podríamos decir que es, como ya pasó en El Señor de los anillos, una banda sonora de tránsito entre la presentación y el encuentro de los enanos y la resolución de la aventura.
Puede que funcione a modo de interludio en muchos aspectos. Sigue manteniendo los temas y el tono de la anterior entrega de la saga. Incluso introduce alguno de los temas utilizados en El Señor de los anillos, aunque sólo cuando es imprescindible y fundamentalmente en la aparición de los elfos, Gollum y el anillo, y las referencias a Mordor. Es muy posible que en la última entrega de la trilogía encontremos todavía más referencias a otros temas de la Tierra Media.
Como decíamos, se mantiene e incluso se ahonda más en el tono oscuro y misterioso de El Hobbit: un viaje inesperado. Un primer ejemplo lo encontramos en “Flies and Spiders”. Un corte enigmático en el que, en vez de profundizar en el desarrollo de los temas élficos y del bosque del comienzo, todo se torna hacia una oscuridad que, como en la película, parece que empieza a cernirse sobre los habitantes de la Tierra Media. Cobran así muchísima importancia los vientos de metal con trompas, trombones y tubas, que exponen aquí todo su repertorio de graves.
En este sentido, sorprende la ausencia de referencias al tema principal de la compañía de los enanos que pudimos escuchar en “The Lonely Mountain”. Esta constituía el eje de desarrollo musical de la primera entrega. Incluso mayor uso de coros de voces graves masculinas desde las que Howard Shore había construido toda la musicalidad relacionada con el mundo de los enanos hasta ahora.
Parece como si la música, sin desarrollar grandes temas, fuera acompañando a nuestros héroes desde la aventura y movimiento de las primeras escenas hasta la oscuridad y soledad de la Montaña Solitaria. Desde los temas corales de “Mirkwood” para el Bosque Negro, pasando por los instrumentos y sonidos de la Ciudad del Lago, Esgaroth. Sólo encontramos algún resquicio para el romanticismo y la esperanza en el tema de Tauriel y su desarrollo posterior en “Beyond the florest”.
Todo parece conducirnos, pasaje tras pasaje, hacia la segunda película cuando, de repente descubrimos el tema que estructura toda la música en esta película: el tema de Smaug. Como si de un puzle se tratara, necesitamos llegar hasta aquí para comprender todo lo que hemos estado escuchando hasta ahora. En “Smaug”, descubrimos a través de varios instrumentos de cuerda de origen chino como el Guzheng, el Liuqin o el Yangqin. Incluso sorprende el uso de campanas en “Inside Information”.
Tendremos que esperar a la resolución musical de la trilogía en la última entrega, pero todo apunta a que, como ya pasó en El Señor de los anillos, Howard Shore se ha guardado bajo la manga unos cuantos ases para el épico final de la saga. Sólo nos queda un año.
Francisco Arellano
Ficha técnica:
(The Hobbit: The Desolation of Smaug, Nueva Zelanda, 2013)
Compositor: Howard Shore
Sello: WaterTower Music
Duración: 129 min. (versión extendida)