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Berlinale 2024: escenario de un cambio de paradigma

Berlín, último bastión de los premios cinematográficos en Europa en puros términos de excelencia cinematográfica, ha cedido a la nueva corriente que se impone en los festivales de cine europeos (Cannes, Venecia, San Sebastián). ¿Se han convertido los festivales en un altavoz de causas políticas y sociales en vez de premiar únicamente los estándares de calidad cinematográfica?

Por segundo año consecutivo, la Berlinale premia un documental. Lo hizo el año pasado con En el Adamant, de Nicolas Philibert, y lo ha vuelto a hacer con Dahomey (Mati Diop, Francia, 2024), un documental que muestra cómo vuelven a casa los 26 objetos del reino que da título a la cinta. Las figuras regresan de París a Benin, años después de la proclamación de independencia de Benin, tras un siglo de colonización francesa. La original narración desde la voz de una de las figuras recorre los espacios mientras cuenta los orígenes del reino Dahomey y reflexiona sobre la libertad y la tiranía de los colonizadores. Una vez instalados en Benin, el museo se abre para que todos cuantos quieran visiten los tesoros históricos, mientras en la Universidad Abomey-Calavi se debate fervientemente sobre qué nuevo punto de partida supone este acontecimiento. La joven Diop, ganadora Gran Premio del Jurado en Cannes por Atlantis, nos obsequia con delicadeza y agudeza sensorial en este original documental.

El palmarés nos ha dejado algunos nombres esperados esperados, como el actor protagonista Sebastian Stan por A different man, de Aaron Schimberg, y la actriz secundaria Emily Watson por Small Things Like These, de Tim Mielants, y otros más inesperados: Gran Premio del Jurado para A Traveler’s Needs, de Hong Sang-soo; mejor director Nelson Carlos de los Santos Arias por Pepe, el hipopótamo que captó la atención del jurado; el premio especial para L’empire, de Bruno Dumont.

 Una polémica tras otra

Aunque el Festival de Cine de Berlín siga siendo uno de los mejores puntos de encuentro del mundo -si no el mejor- para el mercado cinematográfico, lo cierto es que la 74ª edición de la Berlinale no se auguraba fácil: Los codirectores de la Berlinale, Mariëtte Rissenbeek y Carlo Chatrian, que serán reemplazados por un único director el próximo año, han enfrentado su último reto entre críticas y reproches. Esta ha sido una edición marcada por factores políticos: varios medios de comunicación y personalidades de la política alemana calificaron a la dirección del Festival de “unilateral” al expresar varios de los ganadores su solidaridad con Gaza y obviar el terror de Hamas. No ha habido día sin polémicas. Días antes al comienzo del festival, la Berlinale retiraba la invitación a los cinco políticos del partido de extrema derecha Alternative für Deutschland (AfD), previamente invitados, y en la alfombra roja veíamos a un grupo de cineastas alemanes llegando juntos de la mano y reivindicando al grito unísono de “¡Democracia!”. En la gala de entrega de premios, celebrada el 25 de febrero, algunos cineastas aprovecharon para hacer declaraciones sobre el conflicto entre Israel y Palestina. Mati Diop, ganadora del Oso de Oro por Dahomey, expresó al recoger su premio: “Estoy con Palestina”. Además, el dúo de cineastas palestino-israelíes, Basel Adra y Yuval Abraham, detrás del documental ganador de la Berlinale No Other Land (No otra tierra), manifestaron su opinión: Adra declaró que era difícil celebrarlo mientras sus compatriotas palestinos en Gaza estaban siendo “masacrados y masacrados” y pidió a Alemania “que respete los llamamientos de la ONU y deje de enviar armas a Israel”.

El lugar del cine

Entre polémica y polémica, también ha habido lugar para el cine: Martin Scorsese recibió el Oso de Oro honorífico por su trayectoria en la ceremonia celebrada el 20 de febrero y la actriz francesa Isabelle Huppert regresó a Berlín por su premio a la trayectoria de 2022 que no pudo recoger entonces. Además, Huppert presentó la película Yeohaengjaui Pilyo (A Traveler’s Needs) del cineasta surcoreano Hong Sang-soo en la que actúa. En total, se han presentado veinte títulos a competición oficial, veintiún largometrajes en la sección “Berlinale Special”, entre ellas Spaceman (Johan Renck, EEUU, 2024), la nueva película del nuevo Adam Sandler, y Love Lies Bleeding (Rose Glass, Reino Unido, 2023), el thriller protagonizado por Kristen Stewart y Katy O’Brian que generó muchas expectativas y acabó siendo objeto de carcajadas en la sala de cine. La sección “Encounters”, un espacio para fomentar obras atrevidas a nivel estético y estructural, ha contado con quince proyectos, de los que pude conocer Favoriten (Ruth Beckermanny, Austria, 2024) y Dormir de olhos abertos (Nele Wohlatz, Brasil/Taiwan/Argentina/Alemania, 2024). El primero un original y divertido documental grabado a modo de experimento intercultural grabado en una escuela infantil en Viena llamada “Favoriten”. Además, el festival contempla todo tipo de enclaves en numerosas secciones: cortometrajes en “Berlinale Shorts”, lo explícitamente queer, feminista o político en “Panorama”, el cine experimental en “Forum”, “Generation”, “Retrospective”, “Homage”, “Berlinale Classics” -sección en la que proyectaron Deprisa, deprisa de Carlos Saura, restaurada en 4K-, “Berlinale Talents”, etc.

Valorando las películas vistas del 14 al 18 de febrero, al comienzo del Festival, la sensación después de estos días es haber asistido a profundos dramas, de esos que te apelan, te golpean, te involucran. Mirando un poco el trasfondo y siendo conscientes de que son películas que llegan desde diferentes partes del mundo, por un lado, la cronista que suscribe estas líneas se queda con el buen sabor de boca de haber sido testigo de la fuerza y resistencia del Cine, con mayúscula, y a la vez, de la utilidad del mismo, en el sentido práctico de la palabra: el potencial divulgativo y social del cine. Inmigración (La Cocina, Alonso Ruizpalacios, México, 2024), colonialismo (Dahomey, Mati Diop, Francia, 2024), abusos de poder (Small Things Like These, Tim Mielants, Irlanda, 2024), el trabajo como una forma de esclavitud (La Cocina), identidad (A different man, Aaron Schimberg, EEUU, 2024),  muerte, duelo, dualidad cuerpo y alma (Another end, Piero Messina, Italia, 2024), falta de libertad política (In Liebe, Eure Hilde, Andreas Dresen, Alemania, 2024) o falta de libertad física (Hors du temp, Olivier Assayas, Francia, 2024) son algunos de los temas que abordan las proyectadas los primeros días en sección oficial.

Apuesta ganadora

Me quedo con tres imponentes películas proyectadas en competición oficial, en las que percibimos una mirada un tanto perturbada, acongojada, apesadumbrada de la realidad, inevitablemente el espectador se contagia. Estoy segura de que despertarán un gran interés al llegar a las salas de cines:

1. Another end (Piero Messina, Italia, 2024): El cineasta siciliano dirige este penetrante drama en el abarca el duelo desde una perspectiva antropológica, honesta y realista. Rozando la ciencia ficción, relata la implantación de un experimento científico que te permite despedirte de la persona que muere y pasar con ella algo más de tiempo, aunque no a cualquier precio. Emocionante, estremecedora, abre una reflexión que nos lleva a pensar en la dualidad cuerpo-alma, soberbias interpretaciones de Gael García Bernal y Renate Reinsve. Por momentos, Messina evoca a clásicos como Blade Runner o Gattaca, tanto en guion como en estética.

2. A Different Man (Aaron Schimberg, EEUU, 2024): Tras su estreno mundial en el Festival de Sundance, vemos en Berlín el tercer largometraje del director estadounidense, producido por A24. A Different Man narra la vida Edward, un hombre aspirando a alcanzar el estrellato que decide someterse a una cirugía para corregir los tumores en su rostro y asegurar más papeles en escena. Sin embargo, la falta de ofertas tras el procedimiento y una obra de teatro inspirada en su apariencia anterior despertará una insana obsesión hacia el protagonista que lo empujará al límite y lo llevará a hacer todo por recuperar lo que pudo haberle pertenecido desde el inicio. Rocambolesca historia de las expectativas del hombre sobre la ambición, la (no) aceptación de uno mismo, la envidia, la constante comparación con los demás. Apuesta muy arriesgada, estoy segura de que causará furor en su estreno. Cuenta con el importante apoyo del actor británico Adam Pearson, mayormente conocido por su participación en Under the Skin y su trabajo por visibilizar la neurofibromatosis con el fin de prevenir acoso, tal como lo explica en el programa de televisión The Ugly Face of Disability Hate Crime.

3. La Cocina (Alonso Ruizpalacios, México, 2024): Basada en una obra teatral de Arnold Wesker, el cineasta mexicano dirige de manera apasionada e impulsiva su tercera película, esta vez en blanco y negro. Con gran movilidad de cámara y coralidad en la puesta en escena, nos adentra en las tripas de un un famoso restaurante de Nueva York, ubicado en plano centro, cerca de Times Square para mostrarnos cómo son las vidas de un grupo de inmigrantes que trabajan en las cocinas. El ritmo vertiginoso de la cinta nos lleva al límite y nos inyecta adrenalina en la frenética sucesión de planos audaces y bizarros, encuadres arriesgados, cámara en mano. Los actores protagonistas Raul Briones y Rooney Mara nos fascinan con su nervio y pulso dramático en esta crítica mordaz al capitalismo, la esclavitud moderna que amenaza al hombre: el trabajo precario, y cómo el hombre desaparece ante esa cadena de trabajo tan despersonalizada.

Rosa Díe

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