Chronicle 
Público recomendado: Jóvenes
El director americano Johs Trank, después de pequeñas producciones aplaudidas por la crítica como The Kill Point o Big Fan, donde intervino como director, editor y co-productor, no sólo pretende sorprender con su nueva película sino que también consigue innovar. Chronicle es la historia de tres jóvenes que un día, por un inesperado encuentro con una energía completamente desconocida y poderosa, adquieren unos poderes que les induce a hacer cosas increíbles.
La película se aleja de las típicas cintas producidas por DC o Marvel, ya que ésta trabaja el lado más dramático y oscuro del dominio de unas fuerzas que se escapan de la dimensión humana. Ya oíamos repetir a Spiderman que un gran poder conlleva una gran responsabilidad y es, en este largometraje espectacular, donde más cobra sentido la frase. El protagonista es un chico que, arrastrado por una vida ciertamente complicada y conviviendo con una familia inestable y desequilibrada, descubre en esos nuevos poderes la solución para salir de una situación vulnerable, inferior e incapaz, para demostrar a los demás que él puede convertirse perfectamente en el más capacitado de todos.
El tema que Johs Trank trabaja en su película es completamente actual: la juventud se deja arrastrar por el miedo a la simplicidad y al rechazo, sintiéndose descontenta e inconforme con lo que la vida le ofrece, lo que conduce a todas sus víctimas a un vacío existencial y a la perdición. Los tres amigos encuentran la solución en sus nuevos poderes, sin embargo, el joven protagonista (Deen DeHaan) no se conforma con la nueva dimensión. Él era un don nadie, que oculto tras una cámara, perseguía a los demás grabando lo que acontece a su alrededor, tratando de encontrarse a sí mismo. A pesar de buscar la respuesta en las imágenes de la pantalla que le muestra su cámara cada noche, el chico no se siente a gusto consigo mismo y descubriendo sus nuevas capacidades, decide alcanzar el límite. De nuevo, el error del ser humano en competir con el poder de Dios.
Se trata de es una historia de héroes y villanos, donde unos, hartos de su miserable situación se dejan arrastrar por el Mal, que les ofrece una salida engañosa y apetecible, y llevados por el rencor y el odio, se consumen en su naturaleza egoísta y ciega.
Los actores jóvenes interpretan bien su papel, aunque cabe destacar la intensidad dramática del protagonista (Dane DeHaan), que ofrece una gran profundidad psicológica a su personaje. Las espectaculares escenas pretenden acoger la grandeza de la producción sobrecargada de efectos especiales. Por otro lado, toda la película está grabada de manera hiperrealista, en tercera persona, por la cámara del joven protagonista y por otros recursos de grabación que salen en el metraje, lo que ofrece una visión original, manteniendo una excelente narración. La fotografía, al principio luminosa y humana, va oscureciéndose a medida que avanza la trama con imágenes que nos muestran cómo se transforma el alma de nuestro protagonista.
La primera impresión que recibimos al ver la película es que nos puede parecer simple y pensamos: de nuevo, una historia de superhéroes que, como siempre, han de pelear contra el Mal y salvar al inocente. Sin embargo, la cinta de Johs Trank es oscura, donde nadie sale aplaudido como héroe, porque nos enseña que existen dimensiones que no pueden ser ambicionadas porque escapan del control del ser humano y, aunque al principio puedan parecer agradables, no conducen más que a la perdición de la persona.
Marta García Outón
Ficha técnica:
EEUU, 2012
Dirección: Johs Trank
Intérpretes: Dane DeHaam, Alex Russel, Michel B. Jordan, Michael Kelly, Ashley Hinshaw, Anna Wood
Duración: 83 min.
Género: Fantástico, drama