Crítica
Público recomendado: Todos
Dos colegas y la gran bestia, segunda parte de una cinta de animación noruega, Dos colegas al rescate, estrenada hace seis años. Triunfadora en tal país escandinavo, en España se estrenó en 2017. Cuatro años después arriba a nuestras carteleras la citada secuela.
Nos hallamos, nada más comenzar nuestro relato fílmico, ante un desahucio casero en toda regla. Todo iba razonablemente bien para Ludiwood y Tootson, en un hogar que es un túnel. Vida sosegada, preñada de gratas y pegadizas tonadas, morando con simpático tejón, jalando mermelada y, colegueando, haciéndose bromas sin parar.
Hasta que infausto día se deja caer una conductora de trenes con devastador mensaje: deben desalojar el lugar ya que, según ella, los túneles son para trenes y no para la gente del común. Lugares poco habitables, pues. Tras el mazazo inicial, nuestros dos protagonistas idean un plan: el abuelo de Tootson, el celebérrimo y temible y espantoso capitán pirata Tootson, podría acudirá en su ayuda. Escudriñando el paradero del arriscado e ignoto yayo, nuestros dos protas visitan fascinantes y salvajes lugares.
Con su indagador periplo se nos va el breve metraje de la historia, escasa hora y cuarto. Visualmente discreta, disparatada y muy irregular tramada, humor facilón, la cinta comentada se coagula siquiera antes de comenzar. Alguna gracieta molona e interesantes canciones infantiles, poco más, lo más sobresaliente en esta esforzada (e innecesaria) segunda entrega dirigida por Rune Spaans y Gunhild Enger. En fin.