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Florence Foster Jenkins

Caratula de "Florence Foster Jenkins" (2016) - Pantalla 90

Crítica:

Público recomendado: Jóvenes, adultos

Nadie como Meryl Streep podía interpretar de modo tan creíble el papel de esta señora mayor, excéntrica y cantante de ópera con tendencia a desafinar, sin parecer ridícula y haciéndonos partícipes de su vida.

La hemos visto cantando en Mamma Mía o en Ricky, pero hacer de soprano desafinando ha debido ser un nuevo reto para esa actriz tan versátil.

Basado en una historia real, Florence fue una mujer adinerada que vivió en Nueva York a comienzos de siglo. Ya en la madurez de su vida, tenía dos grandes amores: su marido, fiel seguidor y manager (Hugh Grant) y la música. A pesar de no tener dotes ni talento para ello, adora la música y su sueño es llegar a ser cantante de opera. Ella misma produce su propia carrera, elige a su pianista y organiza conciertos para sus amigos y la clase alta neoyorquina.

Por su parte, su marido St. Claire (Hugh Grant) siente adoración por ella, le promueve la carrera musical y la protege para que nadie se burle de ella. Le fomenta su sueño y le mantiene engañada en una nube, para que nadie pueda herir su sensibilidad.

Mantienen una relación muy peculiar: ella contrajo sífilis con su primer marido, y para proteger la salud de su marido actual, mantienen un acuerdo de abstinencia, una relación casi espiritual, con ciertas licencias para él, lo que le permiten vivir en realidad con su amante.

Excelentes interpretaciones, casi teatrales, debido a los excedidos gestos de ambos. La ambientación de Nueva York en los años 20 y 30, el glamour de los conciertos, todo nos envuelve en una época donde las apariencias eran casi todo.

Algunas reflexiones a propósito de esta película: ¿Cómo es posible que una mujer sin talento llegue a triunfar como cantante en Nueva York? ¿Puede querer un hombre a su esposa y mantener una relación con otra mujer, aunque esto forme parte de un pacto? ¿Puede un hombre querer a su esposa y mantenerle engañada sobre su talento con tal de mantener su sueño? ¿No debería enfrentarla a la verdad, aunque no guste? La respuesta, en esta película entretenida, tierna, agradable de ver, salvo las escenas donde Meryl Streep canta desafinando terriblemente, que resultan una auténtica pesadilla para los oídos.

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