Crítica
Público recomendado: +16
Frenética, divertida, inspiradora y traviesa, con envoltorio de blockbuster, germen de documental y categoría de dramedia (comedia/drama), cuenta cómo se originó una pequeña gran revolución en las entrañas del mercado de valores estadounidense: el caso real de GameStop, acontecido en 2020. Un grupo de pequeños inversores coordinados en el subreddit (podríamos traducirlo un grupo de foro online) “WallStreetBets” sacudieron la bolsa estadounidense, elevando el valor de GameStop a máximos históricos. Con un resultado muy competente, el director Craig Gillespie puso la vista en esta gran historia para llevarla a la gran pantalla. De ahí, la genialidad de su nombre: dumb money, cuya traducción literal es “dinero de tontos”.
Los héroes de esta historia se parecen menos a los personajes de El Lobo de Wall Street y más al mítico meme de South Park del jugador de World of Warcraft. Los actores principales de aquel drama -inspiradores de los personajes de este film- que pusieron patas arriba Wall Street fueron foreros de Reddit y usuarios de Discord.
Las redes sociales, informativos, podcast y medios online se hicieron eco de lo que estaba pasando, hasta el punto de que la Casa Blanca tomó cartas en el asunto. Aunque es fácil quedarse en las cifras, en los memes compartidos una y otra vez en redes sociales y en la supuesta ideología antisistema que para algunos tuvo lo que ocurrió (y que el director acuña al final de la cinta “es un movimiento que no ha hecho nada más que empezar”), la película también muestra la complejidad del caso a la hora de comprender cómo ha ocurrió, plantea las dudas que surgieron sobre la legalidad o ilegalidad de los acontecimientos y establece un orden relativamente cronológico de lo que pasó.
Con un reparto muy bien adaptado, encabezado por Paul Dano, uno de esos rostros insólitos de Hollywood que brillan por su propia originalidad. Lo vimos crecer en Pequeña Miss Sunshine -película con la que ganó el premio a mejor actor de reparto del Sindicato de Actores-, brillar en Ruby Sparks (2014) y madurar en The Batman (2022). La película presenta una jerga “financiera” bastante técnica, pero en código popular, que se entiende más o menos bien, incluso para los espectadores que no conocen bien como funciona el mundo de la bolsa: conceptos como “ponerse en corto”, planear un supuesto “estrangulamiento”, o el término “diamond hands”.
Es interesante cómo se integra la música en el Golpe a Wall Street, con gran presencia de hip hop, trap y ritmos urbanos. La osada letra de la canción Savage -compuesta por la rapera Megan Thee Stallion- es el alma mater de dos divertidísimas escenas representadas por uno de los “soldados de DeepFuckingValue”. El dependiente de GameStop, gracias a su inversión en las acciones, se despide de su jefe bailando al ritmo de Savage.
Sin duda, lo más interesante de la película es el relato (un caso interesantísimo socialmente), germen de las buenas historias, y no tanto el formato, perfectamente opinable.
Rosa Díe
https://www.youtube.com/watch?v=n1EAQuMlsh4