Crítica
Público recomendado: +16
Honeymoon (Enrique Otero, España, 2024) presentada en la Sección Premiere -fuera de concurso- de la 26ª edición del Festival de Málaga, narra la crisis por la que atraviesa el matrimonio Eva (Nathalie Poza) y Carlos (Javier Gutierrez), que se ve agravada por una desgracia que les cambia de forma inesperada su vida y les lleva a emprender un viaje juntos para tratar de conseguir dinero. Enrique Otero (Crebinsky, Funes o Inventor da Lúa), nos ofrece algo diferente en el panorama actual del cine español, una historia de amor dramática atípica con tintes de thriller y suspense.
El halo de desasosiego que genera la atmósfera oscura de la película tiñe de cierto interés la trama, desarrollada con un ritmo soporífero y plano, con apenas dos giros de guion, pues los principales elementos narrativos del drama se estiran como un chicle hasta el final de la película, y algunos incluso ni siquiera se resuelven. Si bien es cierto que la primera mitad de la película introduce al espectador en la historia, el nudo y el desenlace dejan espacios vacíos, como si fueran páginas en blanco en el guion.
Aparecen temas en la cinta que quedan sin desarrollar lo suficiente, y con decepción, comprobamos que los guionistas Roberto G. Méndez y Enrique Otero no explotan el potencial que pueden despertar en el espectador la crisis matrimonial, el proceso personal, el perdón, la reconciliación, la volubilidad de la vida, la resiliencia, la paternidad o la maternidad… Aparece un personaje mágico, que inconscientemente y desde la inocencia de una niña, conseguirá que lentamente vaya cayendo el muro que separa a Eva y a Carlos: a menudo pasa así en la vida real, cuando las dificultades, problemas y preocupaciones nos bloquean, algo o alguien se cuela en nuestra vida para allanar el camino.
Otero se corona con el elenco: Los veteranos Javier Gutiérrez (Lobo Feroz, Modelo 77, Campeones) y Nathalie Poza (La boda de Rosa, Invisibles, Rifkin’s Festival), que trabajaron juntos en Historias para no dormir -tributo al formato clásico de Narciso Ibáñez Serrador-, nos obsequian, una vez más, con su talento y maestría para sostener con aplomo y elegancia el film. Acorde con sus personajes, marcan una expresión sobria, dura y preocupada e imprimen un carácter realista y pesimista que conocen y manejan, por su bagaje dramático. Con diecinueve largometrajes a su espalda y veintitrés series de TV, Poza ya tiene dos Premios Goya por No sé decir adiós y La boda de Rosa, además de numerosos galardones de la Unión de Actores o Premios Platinos, entre otros. Asimismo, su pareja en la ficción, Javier Gutiérrez, no se queda atrás: ganador de la Concha de Plata al mejor actor del Festival de San Sebastián, dos premios Goya por La isla mínima y El autor y varios reconocimientos por parte del Círculo de Escritores Cinematográficos, Premios Feroz, Fotogramas de Plata y una lista interminable.
Rosa Díe