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Pesadillas

Caratula de "Pesadillas" (2015) - Pantalla 90

Crítica:

Público recomendado: Jóvenes

Robert Lawrence Stine, o R.L. Stine, es conocido en el mundillo como el Stephen King de la literatura juvenil de terror.

Su serie “Pesadillas” ha vendido más de 400 millones de copias en todo el mundo y es raro el chaval que, por lo menos, no ha oído hablar de estos libros. Algo es algo. Pesadillas, la película de Rob Letterman es una adaptación al cine, no tanto de una novela específica de Stine, como una traslación de su espíritu.

En Pesadillas, el popular actor de comedia Jack Black, interpreta a un poco probable R.L. Stine, un escritor que vive como un ermitaño en una apacible zona residencial a la que llegan nuevos vecinos. Stine vive con su hija adolescente y entre los nuevos vecinos también hay un joven. Será cuestión de muy poco tiempo que coincidan. Resulta que Stine es un tipo un tanto estrafalario y sobre todo, siniestro. Quiere evitar al máximo el contacto con el exterior debido a que, no se sabe muy bien cómo, pero lo cierto es que Stine consiguió materializar sus monstruosas fantasías de niño en criaturas reales y ahora las tiene atrapadas en sus libros manuscritos de terror juvenil.

Partiendo de semejante premisa resulta obvio que tomarse Pesadillas en serio no tiene mucho sentido. De hecho, lo mejor que tiene la película de Rob Letterman es que ella misma se sabe un producto ligero liberado de trascendencia alguna, listo para ser consumido por los más jóvenes de la casa. En este sentido, Pesadillas tiene un aliciente añadido y es que los adultos tampoco pasarán un mal rato. Siendo una película juvenil de monstruos, el film de Letterman destila un agradecido tono a cine de los 80 de tal modo que, como afirmara Manuel Piñón en “Cinemanía”, “con su galería de monstruos y su repertorio de chistes majetes consigue que por un momento no tengas que echar de menos a Joe Dante y puedas dar un merecido descanso a los Goonies”.

Y es verdad, Pesadillas es fresca y entretenida. Su extensa y variada galería de monstruos resulta lo suficientemente pintoresca y, sobre todo, ha sido cuidadosamente seleccionada para resultar divertida, moderadamente terrorífica pero ante todo, evitar preguntas incómodas a los mayores. Tenemos al abominable hombre de las nieves, un muñeco ventrílocuo que habla solo, al hombre lobo, extraterrestres siniestros, algún bicho gigante, gnomos psicópatas, plantas carnívoras, una masa viscosa y de fondo, muy al fondo, una momia y hasta zombis que ahora están muy de moda y que gracias a las Monster High ya no les dan miedo a nadie.

Rob Letterman, director de películas de animación como Monstruos contra alienígenas y Los viajes de Gulliver, ha confeccionado con Pesadillas una película de terror perfecta para todos los públicos. Sin una gota de sangre y con monstruos en su justo punto de inquietud y diversión, Pesadillas reserva algunos guiños para el público adulto y algunos diálogos chispeantes como para que el adulto que acompaña al niño no tenga la sensación de que ha perdido el tiempo.

 

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