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Scream VI

Caratula de "Scream VI" (2023) - Pantalla 90

Crítica

Público recomendado: +18

Hay que admitir que dentro de la morralla que puede llegar a suponer el cine de terror de segunda y más aún, el subgénero del slasher (asesino enmascarado detrás de jóvenes de dudoso nivel intelectual), la saga Scream sobresale con cierta dignidad. Y no ya por sus guiños meta cinematográficos, que en esta sexta entrega están más forzados que nunca, sino por el cuidado con el que se plantean sus escenas de suspense.

Desde que se hicieran cargo de la saga los directores Matt Bettinelli-Olpin y Tayller Gillet, si bien no se desenvuelven en la saga como lo hiciera Wes Craven, es verdad que han resuelto el entuerto con moderada soltura. Es evidente que conocen el género, saben dónde colocar una y cómo moverla para generar cierta inquietud en el espectador. Aunque eso sí, siempre sin incomodarlo demasiado, teniendo todos claros que, al fin y al cabo, lo que estamos viendo es un juego. Un punto macabro, pero un juego, al fin y al cabo.

Ahora bien, y dicho esto, nada de lo anterior debe confundirnos. Si el Scream original de 1996 funcionó como ocurrente chiste sobre el propio género, el guiño se fue agotando progresivamente con toda la lógica del mundo. Aquella idea puntualmente brillante no podía estirarse mucho más. Era lo que era. Una vuelta de tuerca, un chascarrillo meta cinematográfico, pero ya está. Es por tanto lógico pensar que conforme fue avanzando la saga la gracia, los efectos y hasta el sentido del original se fuera perdiendo.

Llegados a este punto, Scream VI está viviendo de los retazos de la saga de Craven. De hecho, su única esperanza parece ser cambiar el escenario (esta vez la acción se traslada a una gran ciudad) y rizar el rizo que se había rizado cinco veces antes. Estarán de acuerdo conmigo que esos son muchos rizos.

Debe ser por esto que esta sexta entrega, conocedora de que cada vez está más arrinconada y de que cuestiones como la verosimilitud nunca han sido suficiente, haya decido elevar sus situaciones y sus revelaciones un nivel más allá de lo tolerable. El asesino asesinado y el villano menos esperado de todos por partida doble, triple o cuádruple, en Scream nunca se sabe…

¿Consecuencia? Scream VI se deja ver como un entretenimiento vacío cuyo único y puntual interés puede residir en contadas escenas, todo hay que admitirlo, bien planteadas por Bettinelli-Olpin y Gillet. Sin embargo, todo en Scream VI es tan risible, tan elemental, tan simple, que por momentos roza con el ridículo y hasta lo risible. Si uno se lo toma con humor, sin duda disfrutará la película por partida doble, pero el resto nos sentiremos un pelín estafados, aunque en el fondo estábamos avisados. Es Scream VI lo que estamos viendo.

Al final, los buenos (y escasos) momentos de la película no compensan en absoluto el resto de sus defectos, por si fuera poco, embutidos en más de dos horas de película. A todas luces, excesivo.

Ramón Monedero

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