Crítica
Público recomendado: Familiar
Uno de los libros infantiles más queridos y vendidos del mundo es Charlie y la fábrica de Chocolate, del autor británico Roald Dahl. Pues bien, la película que nos ocupa es una nueva adaptación de este bestseller, capaz de conmover a través del chocolate e introducirte en un universo único muy bien orquestado. Sin duda una de las mejores propuestas para ir al cine en familia en estas Navidades. Entre las obras más populares de Roald Dahl se encuentran también James y el melocotón gigante, Matilda o Las Brujas; todas ellas adaptadas al cine con gran éxito.
Wonka cuenta la historia de cómo el mayor inventor, mago y chocolatero del mundo se convirtió en el carismático y entrañable Willy Wonka. En este caso se centra en su juventud, en cómo conoció a un Oompa-Loompa y a sus amigos, en una de sus primeras y más memorables aventuras. Vale la pena destacar la forma de la película pues se mueve en una interesante mezcla entre musical, fantasía y realismo mágico, que no solo funciona, sino que logra que el espectador acepte y asuma un universo hecho para creer en lo imposible.
Su director es Paul King, responsable de la encantadora saga de Paddington. En esta nueva adaptación King se aleja del peculiar Tim Burton y des-problematiza afectivamente a Willy respecto a sus padres. Aunque sí que se deja influir por la clásica Un mundo de fantasía (1971); por ejemplo, en el diseño de los Oompa-Loompa, interpretado con simpatía por un carismático Hugh Grant. En el caso de King se nos muestra un Willy muy influenciado por el escritor Charles Dickens, al contextualizarlo en un ambiente muy humilde, en donde la miseria y la pobreza se convierten en ejes narrativos muy importantes, tanto para la trama, como para la transformación de los personajes.
La película tiene un tono entre mágico y fantástico, en donde las cosas no son tal cual aparecen. Como decíamos al principio, un universo especial en donde todo está tan bien orquestado, que se convierte en una experiencia entrañable y familiar para estos días. Sin embargo, si miramos esta película con dureza podríamos tacharla de maniquea: pues presenta a los empresarios, a la policía e incluso a los miembros de la Iglesia, como unos corruptos inhumanos, avariciosos y codiciosos… Pero la película no parece llevar de fondo esta intención, aunque es verdad que la caricatura existe. En este caso, parece un ejercicio de caricatura sano e inteligente, y no calculado ni cargado de ideología. Pero eso sí, interpretable es (como la vida misma).
Lo que queda fuera de toda interpretación es la moraleja de la historia. Un hermoso legado sobre la generosidad y el compartir; sobre la amistad verdadera e incluso sobre un concepto de propiedad interesante, donde la comunidad (y los pobres) tiene un peso muy fuerte. Mención especial requiere la interpretación del polémico y encantador Timotheé Chalamet (Dune, Call me by your name), y de unos efectos especiales muy necesarios en historias como las de Roald Dahl. Amen también con unas estupendas canciones del compositor Joby Talbot (saga de Canta).
En definitiva, tenemos una nueva adaptación de Willy Wonka en donde la fantasía, la música y el buen corazón, se entremezclan con una reflexión sobre la pobreza y la riqueza muy interesante. Una más que notable opción para ir en familia, y descubrir que emprender no es siempre avaricia y pisotear al pobre, sino que puede ser una aventura en comunidad para intentar hacer un mundo mejor.
Carlos Aguilera Albesa
https://www.youtube.com/watch?v=EJoom2F-7nI