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65

Caratula de "65" (2023) - Pantalla 90

Crítica

Público recomendado: +12

Si dejamos de lado la saga Jurassic Park y las también taquilleras King Kong y Noche en el museo, las películas de dinosaurios tienen su atractivo, pero no tanto, a menos que se trate de cine animado. Tienen en común no el éxito de taquilla, sino el público al que van dirigidas: la familia. Y de esto precisamente va 65 (Bryan Woods y Scott Beck, 2023). Miles (Adam Driver) y su familia viven en un planeta desconocido donde la tecnología es mucho más avanzada que la nuestra actual, y debe abandonarlo para poder costear el tratamiento para la enfermedad de su hija. Lo hace en una misión espacial junto con otros astronautas pero, por un accidente, se ven forzados a un aterrizaje de emergencia en la Tierra, hace 65 millones de años. Miles y Koa (Ariana Greenblatt), una jovencita más o menos de la edad de la hija de Miles, son los únicos supervivientes.

Woods y Beck son los guionistas de Un lugar tranquilo (J. Krasinski, 2018) y Haunt (Woods y Beck, 2019), es decir, vienen del terror/ciencia ficción, y se nota. En este thriller de ciencia ficción los personajes son básicamente cuatro: los dos supervivientes, la memoria de la hija de Miles, y la salvaje presencia de la naturaleza de la Tierra en forma de bichos, pantanos y sobre todo, dinosaurios. Hay, pues, muchas secuencias de acción con suspenso y un tono similar al de la cinta de Krasinski. Si bien se nota la influencia del Jurassic Park original (Spielberg, 1993), con su plano del ojo del tiranosaurio asomado a la ventana de un vehículo, y teniendo en cuenta que se trata de una historia de aventuras, 65 no parece tener mucho más que ofrecer que unos pocos momentos de emoción y la exigencia física intensa que conlleva interpretar el personaje de Driver.

En entrevistas, Driver, esa suerte de Jean-Paul Belmondo del siglo XXI (en su atractiva fealdad), ha admitido que lo que le llamó la atención del guion fue el reto físico que le supondría. Cuenta, además, que le pareció una buena metáfora al momento del rodaje (se llevó a cabo durante la pandemia) pues la película va sobre dos personas que, frente a la incertidumbre, se alían para sobrevivir y volver a casa incluso cuando no saben o no pueden comunicarse de forma eficaz. Y esto, sumado al subtexto de carácter familiar dado que Miles ve en Koa a su propia hija y se deja la piel poniéndola a salvo, es si acaso lo más sólido del filme. Por lo demás, parece ser bastante flojo: ¿por qué hace 65 millones de años? ¿Por qué los personajes son de otro planeta? ¿Por qué se nos da un perfil tan plano de Miles (por no hablar de Koa, de quien no sabemos nada)? Los directores son un par de frikis de los dinosaurios y eso se agradece, pero no estamos tampoco ante un parque temático, y echamos de menos el entretenidísimo y conmovedor referente de la película de Spielberg. Si se quiere admirar a Driver en su destreza corporal, que no es poco, 65 vale. Aunque no haya mucho más.

Narcisa García

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