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A dos metros de ti

Caratula de "" () - Pantalla 90

Crítica

Público recomendado: Jóvenes

Dos jóvenes, Stella y Will, viven en el hospital luchando contra una enfermedad contagiosa de los pulmones, fibrosis quística, que les obliga a estar separados al menos a dos metros de distancia. Pero él y ella, al principio aparentemente incompatibles, acaban profundamente enamorados. Funesto destino, que hace que no exista para ellos la mínima posibilidad de acercarse, acariciarse y besarse. ¿Cómo se puede vivir un amor a distancia? Esta es la premisa de la película, interesante, previsible en algunos momentos, que aguanta con dignidad sus casi dos horas de metraje, aunque hacia el final se hace un poco larga.

La película profundiza especialmente en los personajes de los jóvenes y un tercer chico que sufre la misma enfermedad y que tiene una profunda amistad con Stella. La hermana de Stella, la doctora que les atiende y la enfermera que está al cuidado de los tres amigos resultan también personajes profundamente humanos.

La historia rebosa sentimientos y sentimentalismo por los cuatro costados. La lágrima está casi asegurada en esta entrega que incorpora un buen número de situaciones muy sensibles y a veces algo arbitrarias, por lo que dan lugar a una trama algo caprichosa, que en algún momento peca de cierta incoherencia con los personajes, especialmente la protagonista.

Con todo, hay en la historia un retrato del mundo del hospital con situaciones entretenidas, una interesante reflexión sobre la vida y la muerte y una necesaria sensibilización con una enfermedad bastante despiadada y desconocida. La música acompaña, aunque a veces subraya en exceso algunos momentos. La cámara se mueve con soltura y agilidad, y consigue escenas muy creíbles y visuales, por ejemplo, cuando Stella, una adicta youtuber, se dirige a los usuarios de su canal desde su habitación.

En general el mensaje es positivo para la juventud, pero sensiblero en exceso, y en algunas ocasiones -especialmente hacia el final- en exceso verbalizado, lo que resulta también moralizante. La moralina está además alineada con lo políticamente correcto: si lo siento está bien y es real, si se quieren el sexo es bueno, protegerse es el principal problema. Ninguna oportunidad a esa maravillosa elección, llena de esperanza, alegre e ilusionante de la continencia.

Estamos ante una historia muy sensible, donde la enfermad adquiere un protagonismo trágico, con una trama y un guion que en general se deja ver aunque en algunos momentos resulta artificioso y con una moralina progresista políticamente correcta. Viéndola, pasará un rato agradable, especialmente si le gusta llorar.

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