Crítica

Público recomendado: Todos.

Película documental que muestra una recreación momento a momento de los hechos acontecidos el 15 de abril de 2019, cuando la catedral de Notre-Dame, sede de la archidiócesis en París, sufrió el mayor incendio de su historia. En ella se narra cómo una serie de hombres y mujeres arriesgaron sus vidas para lograr un rescate impresionante y salvar uno de los grandes emblemas de Francia.

Nadie mejor que Jean-Jacques Annaud para reconstruir dramáticamente y con ritmo de thriller el devastador incendio y la cadena de errores humanos que condujeron a que se produjera.

Un accidente involuntario provocó que su emblemática aguja, construida entre los siglos XII y XIV y reconstruida por Viollet-Le-Duc en el siglo XIX, junto con el tejado de la catedral gótica de la capital francesa, colapsaran bajo el fuego y tan solo una hora después de declararse el incendio se derrumbaran. La primera piedra de la catedral se colocó en 1163 y desde que terminó su construcción Notre Dame ha sido símbolo del catolicismo, en el centro de la Isle de la Cité, del skyline parisino y uno de los monumentos más visitados del mundo con 13 millones de visitantes al año. Todo un homenaje tardo-románico y gótico a Nuestra Señora, la Madre de Jesucristo.

Para reconstruir lo sucedido, comienza el relato con magníficas imágenes de Notre Dame inmediatamente anteriores, el flujo de visitantes, los relatos de los guías turísticos, el culto ininterrumpido, la reserva de la Eucaristía, el personal de seguridad, conservadores, arquitectos…y la llegada de los bomberos, en una ciudad como París en hora punta. Las reacciones de los políticos locales y del estado. La oración de los fieles parisinos y de todo el orbe. La cuestión abierta y sobre la mesa de un símbolo de la fe como símbolo de la cultura universal y patrimonio de la humanidad…

El análisis de Annaud está hecho a escala humana. El retrato de cada tragedia y de cada heroísmo tiene rostro de personas. Y eso lo ha conseguido de forma colosal.

Magnífica película que se sigue sin perder el aliento de principio a fin, y te llama a convertirte en concienzudo cuidador de las cosas importantes, incluido el sentido de lo sagrado.