Crítica:

Público recomendado: Adultos

Michael Mann es uno de los directores más personales del cine de acción americano, con algunas magníficas películas de género en su haber, como Heat, Collateral o Enemigos públicos. Su último trabajo, por desgracia, no está a la altura de su reputación.

Blackhat cuenta cómo el gobierno estadounidense pide la ayuda de un hacker para encontrar a una banda internacional de terroristas informáticos.

Las películas de Michael Mann suelen caracterizarse por un magnífico manejo del tempo, unas espectaculares secuencias de acción, y un gran desarrollo de personajes. Por eso resulta bastante incomprensible que Mann haya firmado una película como Blackhat, un thriller sin duda competentemente facturado, pero sin atisbo de la pasión y el pulso habitual de su cine. Quizás sea por la propia historia, en la que los delincuentes, en lugar de organizar apasionantes asaltos a bancos, ejecutan sus acciones pulsando tranquilamente un botón. La jerga informática y las acciones en el mundo virtual hacen que el espectador no entienda en todo momento qué está pasando, y se desvincule emocionalmente de la trama.

También puede ser por la ausencia de unos personajes arquetípicos, muy alejados de otros tan bien definidos en otras películas de Mann, y en cualquier caso las dotes interpretativas de Chris Hemsworth tampoco dan para mucho más.

Quizás sea por la desgana que transmite la propia realización de Mann, con apenas un par de momentos en que se atisba su particular manera de entender la acción.

Sea por alguna de estas razones, o por todas a la vez, el caso es que Blackhat es una película muy insatisfactoria, que apenas da para dejar pasar las dos horas largas que dura, y se olvida al poco de salir de la sala.