Crítica

Público recomendado: Adultos

Connor es un joven norteamericano que vive desde hace tiempo huyendo de la realidad. Engaña a sus padres sobre su ocupación laboral, se inhibe de la enfermedad de su madre, y desatiende a su novia que acaba engañándole con su hermano. Cuando Connor siente que la vida se le viene abajo, su psicoterapeuta le presta una insospechada ayuda que le permitirá viajar a España, su ansiado sueño, y conocer la tierra de Don Quijote, su ideal de amor romántico.

Película independiente americana dirigida por David Hebrero, un español de 23 años afincado en Los Ángeles, con amplia experiencia en el mundo del corto y con una también interesante trayectoria musical. La película entra de lleno en el mundo del realismo mágico y en un cierto momento abandona el terreno del drama intimista para entrar en una fábula en la que los referentes de Quijote y Dulcinea van a jugar un papel esencial.

Entre otras cosas, la película trata sobre el realismo como condición de la maduración, especialmente en el amor, pero también en la vida en su conjunto. Don Quijote representa la idealización de la realidad, y Sancho la percepción sencilla e inmediata de la misma. Connor tendrá que hacer un trabajoso camino para dejar de huir y de soñar y empezar a amar lo que tiene delante. La bella Dulcinea imaginaria deberá dejar paso a la tosca moza aldeana, más fea, pero… real.

Dulcinea no es una película para todos los gustos, sino para los que disfrutan con el cine indie, muy autoral, y fuera de los cánones trillados. Es una de las películas más curiosas que se ha hecho en torno al Quijote, y una película romántica muy atípica. Se ve con agrado y nos brinda una maravillosa fotografía sobre el Madrid más monumental.