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El año de la furia

Caratula de "" () - Pantalla 90

Crítica

Público recomendado: + 18

El año de la furia (Rafa Russo, 2020) se sitúa en Montevideo, Uruguay, en el año 1972, meses antes de que el país se viera inmerso en la dictadura militar que se estableció desde 1973 a 1985. Diego (Alberto Amman) y Leonardo (Joaquín Furriel) son guionistas de un conocido programa de televisión que ven como la censura les va ganando terreno debido a las presiones que reciben sus superiores para que rebajen sus sátiras políticas, evitando ofender a los cargos militares que intentan controlar el país.

En ese otro bando se encuentra el teniente Rojas (Daniel Grao), encargado de torturar a militantes o simpatizantes de la guerrilla de los Tupamaros. Este, a su vez, mantiene una extraña relación con Susana (Martina Gusman), una prostituta que se aloja en la misma pensión que Diego y con la que encuentra cierto refugio emocional ante su sentimiento de culpa. A ellos se unen las historias de otros personajes secundarios, que incluyen a Emilia (Maribel Verdú), la dueña española de la pensión y madre de una joven luchadora política (Sara Sálamo), también inmersos en este ambiente predictatorial.

Se trata de una película claramente catalogable dentro de las propuestas que intentan ilustrar el resurgimiento de las dictaduras que experimentó Latinoamérica en esos años. En este caso, se consigue esbozar el advenimiento del caso uruguayo y la ambientación y el trabajo actoral es bueno. Asimismo, juega a su favor el hecho de que las historias se entrelacen constantemente.

No obstante, al guion adolece de una profundidad que le permitiría destacar como propuesta de relato sobre un periodo histórico tan interesante o sobre el drama humano que experimentan los personajes (al menos los principales), que se insinúa pero no llega a desenvolverse. Se pretende hablar de cómo ese ambiente tan convulso afecta a las relaciones de amistad y amorosas, pero se cae fácilmente en las representaciones arquetípicas y maniqueas y en la sordidez de las escenas de violencia y sexo.

Al mismo tiempo, sobre todo al final, la película se enreda demasiado en los elementos melodramáticos en detrimento de la narración histórica y social, algo que más que beneficiar resta de atractivo al film.

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