Crítica
Público recomendado: +18
La película que narra el escándalo y caída de uno de los más poderosos personajes de los medios de comunicación de Norte América, lo que equivaldría a decir del mundo Roger Alies, director general de la cadena de televisión FOX NEWS
Jay Roach, director de películas tan interesantes como Trumbo, nos vuelve a traer una historia basada en hechos reales y altamente reivindicativa.
El arranque de la cinta genera cierta confusión tanto por la rapidez del montaje, como por la cantidad de información que acumula cada escena. Un comienzo bastante fragmentado que poco a poco se va asentando. Charlize Theron interpreta al personaje de mayor peso dentro de esta película coral, la periodista Megyn Kelly. Nicole Kidman es Gretchen Carlson, la primera en tirar de la manta denunciando al magnate de la información. La terna la completa un personaje ficticio, Kayla Pospisil interpretado por la actriz Margot Robbie, que representa el modus operandi de Alies con el resto de mujeres (decenas según la película) que fueron acosadas por él.
Sin duda la película tiene ritmo y consigue ser efectiva en su denuncia al acoso laboral que en muchos sectores sufre la mujer. Estamos ante el “me too” del mundo de la comunicación. Pero hay algo que no termina de funcionar en ella. El guion no acomete la raíz de esta cosificación de la mujer; la hipersexualización de la sociedad actual. Es más, trata el tema con toda frivolidad, como si una cosa no fuese resultado de la otra.
Adolece también de imparcialidad, pues, a tenor de su forma de exponer los diálogos, parece que sólo acosan los republicanos. ¿Se han olvidado de Bill Clinton?
La interpretación de Charlize Theron resulta muy enigmática, componiendo un personaje que atrapa desde el primer instante. Lo mismo le ocurre a Kidman, esta vez en un papel más en segundo plano, pero del que saca todo su potencial. Lástima el botox que se nota en esta película más que en ninguna otra. No decepciona Margot Robbie, el personaje más contradictorio y forzado, pero al que consigue salvar convirtiéndolo en una figura vulnerable.
Una fotografía muy agresiva y ese montaje fracturado, hacen de la película un producto no apto para todos los paladares.